Perras, película mexicana estrenada en 2011 y dirigida por Guillermo Ríos, retrata la cruda historia de un grupo de adolescentes de secundaria enfrentándose a múltiples cambios y desafíos propios de esa etapa, como el de la interrupción del embarazo adolescente, el bullying y los problemas alimenticios.
El drama de la película se centra en diez alumnas que deben permanecer en su salón de clases y esperar a ser interrogadas por la policía. Todas son sospechosas de haber cometido una falta grave, sin que se sepa cuál es.
A medida que esperan, se exploran sus sentimientos y experiencias, reflejando la diversidad de sus trasfondos sociales. La trama protagonizada por Claudia Zepeda y Scarlet Dergal sigue a chicas problemáticas de diferentes estratos sociales que asisten a una institución educativa especial.
La historia se complica cuando un accidente fatal ocurre, involucrando a todas ellas. La directora de la escuela decide encerrarlas en el salón hasta que se esclarezca la responsabilidad del incidente.
Entre las sospechosas se encuentran la hija de un secuestrador, la de un juez corrupto, una ciega, una discapacitada, una niña con esquizofrenia y otras jóvenes con historias igualmente complicadas.
En el proceso de selección para el elenco, en 2008, la productora Tita Sánchez y Ríos distribuyeron volantes en escuelas invitando a participar en talleres de actuación. Las seleccionadas, la mayoría sin experiencia previa, comenzaron la filmación en verano.
La producción de la película tuvo un costo aproximado de 12 millones de pesos y fue realizada por Pelearán Diez Rounds Films. Fue lanzada en marzo de 2011 con un total de 60 copias.
Guillermo Ríos, quien cuenta con una amplia carrera como guionista en series como Capadocia y películas como Fuera del cielo, comentó en su momento:
“Las historias de estas adolescentes son producto de nuestro contexto social, las cuales se han multiplicado en respuesta a un entorno hostil. Procuré abordar la de cada una de ellas desde un punto de vista ético. Para que la historia quedara en la cabeza del público abordé a los personajes desde su condición humana, no de manera paternalista, sino como yo sentía la vida cuando tenía 15 años, cuando tener una mala calificación era un drama tremendo. Imagínate qué podría suceder si se presentaba una circunstancia más compleja”, dijo a La Jornada.
“Estas niñas nos espantan, pero no son más que el vago reflejo de lo que somos como sociedad... Perras es muy especial para mí porque yo amo a las mujeres, crecí entre puras de ellas...El erotismo para mí es primordial, todo el tiempo ahí está, tejidito y sutil. La ambición, la amistad, explorar la crueldad de que son capaces las chavitas pero a la vez la ternura y su sexualidad es fantástico. Nos asomamos a ese universo del deseo y de identidad femenina desde un punto de vista amoroso”, dijo el director a Noreste.
Para mantener el realismo en el proyecto que significó la primera película de Galilea Montijo, Ríos optó por actrices jóvenes, menores de 15 años, que nunca antes habían actuado, lo que contribuyó a la crudeza y autenticidad de la historia.
En la película a las chicas se les identifica como “La gorda”, “La ñoña”, “La amiga”, “La rara”, “La zorra”, “La valemadres”, “La ciega”, “La manchada”, “La matada”, “La mustia” y “La más perra” (20 años después), encarnada por Montijo.
Perras fue filmada en una histórica escuela de Ciudad de México durante el verano de 2008, periodo en el cual la institución estaba disponible para filmar sin alumnos. Se trata del Colegio Agustín García Conde.
La histórica escuela al sur de la CDMX donde se rodó Perras
Fundado en 1914 para educar a niñas y adolescentes que quedaron huérfanas durante la Revolución Mexicana, el Colegio Agustín García Conde, ubicado en José María Morelos 11, Tlalpan Centro, alcaldía Tlalpan, fue el escenario elegido para rodar Perras.
La historia del colegio señala que fue ideado por Agustín García Conde, descendiente de españoles y quien nació en Tlalpan el 28 de agosto de 1862, dueño de una gran fortuna y con gran influencia en la Ciudad de México. Sin embargo, no logró ver concretada su obra a causa de su muerte, por lo que su esposa Concepción Pardo fue quien fundó la escuela.
“Había en aquellos años de la Ciudad de México, decenas de chiquillas que vagaban por las calles, seguramente huérfanas al perder a sus padres en la Revolución”, destaca un documental sobre la historia del colegio y de Tlalpan, en donde se muestran fotografías de niñas de origen campesino en la capital.
Con el paso del tiempo, el colegio se consolidó como una de las mejores instituciones educativas de la ciudad. En el ciclo escolar 1984-1985 dejó de ser exclusiva para mujeres y se convirtió en un colegio mixto.