¿Qué pasa si te tragas un chicle? Estas son las complicaciones de comerte una goma de mascar

Para evitar riesgos, los especialistas recomiendan estar atentos con los niños pequeños

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Dolor abdominal es uno de los primeros síntomas de una posible obstrucción intestinal provocada por la ingesta de chicle. (Imagen: iStock)
Dolor abdominal es uno de los primeros síntomas de una posible obstrucción intestinal provocada por la ingesta de chicle. (Imagen: iStock)

El hábito de masticar chicle tiene diversas motivaciones en las personas. Ya sea por el mal aliento, viajar en carretera o simplemente para controlar la ansiedad, esta costumbre ha traído consigo uno de los mitos más propagados entre la población: tragarte un chicle es perjudicial para la salud.

Esta frase viene acompañada de que, supuestamente, si lo haces se te pega a los intestinos. No obstante, la idea de que puede permanecer en tu estómago hasta siete años, no es cierto. Aunque de manera general no pasa nada grave, pues suele pasar a través del sistema digestivo y ser expulsado en unos días sin causar problemas, no se digiere en el estómago como otros alimentos por lo que se debe tener ciertas precauciones.

Las complicaciones de tragar este dulce surgen principalmente cuando se ingiere en grandes cantidades o con demasiada frecuencia. En estas situaciones, el chicle puede acumularse y formar un bloqueo en el tracto digestivo, una condición conocida como obstrucción intestinal.

La obstrucción intestinal puede ser una condición seria que requiere atención médica inmediata. (Imagen: JMU).
La obstrucción intestinal puede ser una condición seria que requiere atención médica inmediata. (Imagen: JMU).

Las señales de un posible bloqueo intestinal incluyen dolor abdominal, estreñimiento, y en algunos casos, vómitos. Estos síntomas pueden indicar que el chicle ha quedado atascado en el intestino, impidiendo el paso normal de los desechos. Si no se trata, una obstrucción intestinal puede llegar a ser una emergencia médica que podría necesitar intervención quirúrgica para eliminar el bloqueo.

Para evitar estos riesgos, los especialistas recomiendan no tragar chicles intencionalmente y estar especialmente atentos con los niños pequeños, quienes pueden pasarse alguno accidentalmente. Además, es prudente limitar su consumo, especialmente por aquellos que contienen ciertos aditivos químicos que podrían no ser beneficiosos para la salud en ingestas elevadas.

Las úlceras como resultado del consumo de goma de mascar

Cuando una persona mastica chicle, el organismo inicia el proceso digestivo debido a la acción de masticar, produciendo ácido en el estómago. Este ácido, normalmente utilizado para la digestión de alimentos, comienza a afectar la mucosa protectora estomacal si no hay alimentos que digerir.

Según expertos, esta situación puede llevar al desarrollo de úlceras estomacales si se repite con frecuencia. Las úlceras en el estómago representan un riesgo significativo para la salud digestiva. Pueden causar dolor y complicaciones graves, afectando el funcionamiento general del sistema digestivo.

Los chicles recién formados se enfrían en salas especiales para endurecerse y mantener su textura elástica antes de ser envasados. (Imagen Ilustrativa Infobae).
Los chicles recién formados se enfrían en salas especiales para endurecerse y mantener su textura elástica antes de ser envasados. (Imagen Ilustrativa Infobae).

Cómo se lleva a cabo el proceso de producción del chicle

Todo comienza con la obtención de la base de goma, el componente principal que proporciona la textura elástica y masticable del producto. Tradicionalmente, esta base se extraía del látex natural de ciertas plantas tropicales, como el árbol de chicozapote. Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de los chicles utilizan bases sintéticas elaboradas a partir de polímeros y resinas.

Una vez obtenida la base de goma, se funde a altas temperaturas para obtener una sustancia homogénea. A continuación, se añaden otros ingredientes como edulcorantes, siropes de maíz, y glicerina, que ayudan a mantener la humedad y a dar el sabor dulce característico del chicle. A esta mezcla básica se le incorporan también sabores y colorantes para lograr las variantes deseada como menta, frutas o canela.

La base de goma y los aditivos se mezclan en grandes amasadoras industriales hasta obtener una masa uniforme. Esta masa se enfría ligeramente para facilitar su manipulación, luego se estira y se corta en tiras o piezas del tamaño deseado.

El siguiente paso es trasladar las piezas a salas de enfriamiento controlado para endurecerse y mantener su forma. Una vez endurecido, el chicle se envasa en diferentes formatos, como envoltorios individuales o cajas, según el diseño y las necesidades del mercado.

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