El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), lamentó este jueves la decisión de la Corte Superior del condado de Santa Cruz, Arizona, de decretar el sobreseimiento firme de la causa penal en contra del estadounidense George Alan Kelly, acusado del homicidio en segundo grado del mexicano Gabriel Cuén Buitimea, ocurrido el 30 de enero de 2023, en Nogales, Arizona.
Esto significa que la Corte estadounidense puso fin al proceso penal contra Kelly e inhibiendo una nueva persecución penal en su contra por el mismo hecho. El fallo de la Corte elimina la posibilidad de enjuiciar nuevamente al estadounidense, denegando a la familia de Gabriel Cuén la justicia esperada.
En este sentido, por medio del Consulado General de México en Nogales, la SRE exhortó a las autoridades del condado de Santa Cruz, Arizona a continuar las investigaciones y evitar que “el lamentable asesinato del connacional quede impune”.
“El Gobierno de México reitera su solidaridad con la familia de Gabriel Cuén, y su prioridad de garantizar la protección de las personas mexicanas en el exterior” señaló la cancillería a través de un comunicado.
Caso Gabriel Cuen
Gabriel Cuen Buitimea, originario Buaysiacobe, Sinaloa, de murió por un disparo de una bala de fusil AK-47 que presuntamente el granjero estadounidense George Alan Kelly, de 75 años, quien le disparó a él y a otros dos migrantes cuando pasaban por su propiedad.
De acuerdo con la versión de la fiscalía, basada en las declaraciones dadas por dos connacionales que acompañaban a Cuen en el incidente, la tarde del 30 de enero del 2023, un grupo de migrantes indocumentados y desarmados transitaban por la propiedad de Kelly luego de haber cruzado la frontera, cuando el granjero comenzó a descargar su fusil contra ellos.
Según dichos testigos, disparó al menos 8 rondas de balas, de los cuales una alcanzó al mexicano. De acuerdo con la investigación, Gabriel Cuén Buitimea se encontraba desarmado.
Por su parte, la defensa del estadounidense aseguró que lo que el acusado vio fue a un grupo de mexicanos, aparentemente miembros de algún cártel, que vestían con ropa de camuflaje que trataban de dispararle con fusiles.
De acuerdo con lo publicado por el portal BBC, Kelly disparó algunos tiros para “tratar de asustar” a los invasores, pero que procuró “apuntar muy por encima de sus cabezas”, según el escrito presentado al juez por su abogada.
Además, la defensa mantuvo que el granjero no disparó la bala que mató al mexicano, a pesar que en su propiedad se encontraron los casquillos de AK-47; se planteó la hipótesis de que la víctima pertenecía a un cartel delictivo y que fue un miembro de una organización rival quien probablemente le disparó.
El acusado permaneció en libertad condicional hasta el juicio tras pagar una fianza de un millón de dólares, de los cuales la gran mayoría del dinero provenía de donantes de varias plataformas, grupos cristianos y grupos conservadores, que hicieron suya la causa del hombre.
Ante las acusaciones de pertenecer a una organización criminal, la familia de Gabriel asegura que el mexicano era un hombre tranquilo, sin problemas con la autoridad y que sólo buscaba poder darle una mejor vida a sus hijos.