El Centro Universitario Fermatta, reconocido por su destacado enfoque en la educación musical, fue desalojado de sus instalaciones en la Ciudad de México, generando una ola de reacciones entre estudiantes, profesores y la comunidad artística en general.
El evento, que ocurrió de manera sorpresiva, ha dejado en el aire la continuidad de los programas académicos y el futuro de los alumnos inscritos.
Las razones detrás del desalojo aún no están del todo claras, pero se especula que podrían estar relacionadas con problemas legales y financieros que la institución enfrentaba desde hace algún tiempo.
La madrugada del desalojo, un operativo sorpresivo tomó por desprevenidos a los estudiantes que llegaban a sus clases por la mañana.
Instrumentos, equipos y materiales educativos fueron trasladados fuera del edificio ubicado en la colonia Tabacalera, provocando preocupación sobre el futuro académico de los estudiantes. Este acontecimiento también generó incidentes de rapiña.
Varias personas ajenas a la institución intentaron llevarse equipos y pantallas que habían sido dejados en la calle, pero la intervención de la policía de la Ciudad de México logró detener estos intentos de robo.
La situación ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de los bienes de la institución y ha aumentado la preocupación entre la comunidad educativa.
¿Quién funda este entro educativo?
El Centro Universitario Fermatta fue fundado en 1993 por Juan Carlos Paz y Puente junto a Mario Santos. Aunque Paz y Puente ya no pertenece a la institución desde 2008, bajo su dirección Fermatta se convirtió en la primera institución privada de educación musical contemporánea en recibir el reconocimiento oficial del Gobierno de México.
Paz y Puente, músico, productor y director artístico, ha trabajado con artistas de reconocimiento mundial como Frank Sinatra, Rocío Dúrcal, Luis Miguel, Natalia Lafourcade, Café Tacuba, Francisco Céspedes, entre otros.
En una entrevista para el programa especializado ConectArte en 2020, Paz y Puente explicó el origen de Fermatta: “Nació a partir de la necesidad de ponernos de acuerdo entre los músicos porque llevábamos mucho tiempo trabajando profesionalmente en el medio y nos dábamos cuenta de que la información básica entre los músicos no era la misma para los músicos... Fue inventar la escuela que no tuvimos y se llamó así porque teníamos un grupo con ese nombre; teníamos un equipo de producción que hacíamos jingles y demás”.
La comunidad educativa y artística espera más información sobre los pasos a seguir y las posibles soluciones a esta crisis que afecta a una de las instituciones más emblemáticas en la formación musical del país. La incertidumbre sobre la continuidad de los estudios y el impacto en los alumnos es una preocupación constante.
El desalojo, atribuido a un presunto incumplimiento de contrato, ha dejado una huella en la comunidad académica de Fermatta, quienes ahora enfrentan un futuro incierto. La situación exige una pronta respuesta de las autoridades y de la propia institución para asegurar que los estudiantes puedan continuar su formación sin mayores contratiempos. Mientras tanto, la comunidad se mantiene alerta y a la espera de novedades que permitan esclarecer y solucionar este complejo panorama.