La noche del 15 de septiembre del 2022, Ciro Gómez Leyva sufrió un atentado al salir de su lugar de trabajo en Imagen Televisión. Hoy el caso vuelve a ser tema de conversación tras la publicación del fragmento de una entrevista realizada por Saskia Niño de Rivera al hombre que disparó el arma de fuego en contra del periodista: Héctor Eduardo Martínez Jiménez, conocido en su mundo criminal como “El Bart”.
Ciro Gómez Leyva sobrevivió gracias al blindaje de su camioneta. La investigación que vino después permitió la detención de los implicados en el atentado, incluído “El Bart”, quien asegura que haber fallado aquella noche fue el error más grande de su vida. Hoy se encuentra recluido en el área varonil de Santa Martha Acatitla.
“¿Cuántos periodistas no han matado y no pasa nada, no han agarrado a nadie?”, dice “El Bart” sin ápice de arrepentimiento frente a la fundadora de la asociación Reinserta. El criminal no sabía las implicaciones de su ataque, piensa que si hubiera logrado matar al comunicador, estaría libre.
“Mi idea era: muerte, libre, con dinero. Lo mato, me voy a donde me tenga que ir, me escondo un rato, se enfrían las cosas, coronado y ya, tengo dinero, tan tan, lo que siga. Esa era mi idea. Yo me lo imaginaba en su camioneta con una sábana blanca”, dice.
El sicario asegura que si se está llevando a cabo la investigación y se encuentra en la cárcel es porque falló el disparo, porque no logró matarlo y porque Ciro “está haciendo su pancho”.
“El Bart” confiesa a Saskia que está seguro de haber matado al menos a 20 personas y que cuando “trabajaba” tenía una sóla regla: estar sobrio. “No me drogaba, puro cigarro y ya. Hasta para ir a robar. Para hacer cualquier maldad tienes que estar en tus cinco sentidos porque está en juego la libertad, tu vida y todo”.
Paso a paso: así fue el atentado contra Ciro Gómez Leyva donde “El Bart” falló un disparo que lo llevó a prisión
Alrededor de 10 de la noche con 42 minutos, “El Bart” arriba a Miguel Ángel de Quevedo y avenida Universidad, a bordo de un automóvil de color gris. Baja del coche, cruza la calle y sube como como copiloto a una moto de color negro y naranja que ya lo esperaba.
Unos minutos después, pasadas las 11 de la noche, Ciro Gómez Leyva abandona su lugar de trabajo a bordo de la camioneta cuyo blindaje le salvó la vida. La motocicleta del sicario va detrás de él y por delante un auto de color negro donde va otro grupo de delincuentes que también tienen una instrucción.
El periodista se dirige a su casa, ubicada en la colonia Florida. Diez minutos después de que comienza el seguimiento de “El Bart” la camioneta negra baja la velocidad delante del auto del comunicador, con la intención de que el criminal efectúe el disparo. Van sobre la calle del domicilio de Ciro.
“El Bart” se coloca al costado del vehículo de Ciro Gómez Leyva y dispara varias veces, ninguna bala logra su cometido; después se coloca frente a Ciro y vuelve a disparar, también falla. Inmediatamente, el vehículo cómplice da el paso a la moto para facilitar su huída.
A las 11 de la noche con 14 minutos “El Bart” lleva a cabo el siguiente paso del plan para evitar ser reconocido: se quita la chamarra y la arroja a la calle. Un minuto después el sicario baja de la moto y continúa su huída a pie.
Ciro Gómez Leyva, tembloroso, no deja de manejar, sigue su camino por Calle Tecoyotitla pero en lugar de ir directo a su casa busca el refugio de un amigo: Manlio Fabio Beltrones, priista exgobernador de Sonora, que vive muy cerca de allí.
Al poco tiempo las autoridades llegan al domicilio, y al otro lado de la ciudad “El Bart” piensa que logró su cometido, planea su escape y lo que hará con lo pagado.