El 19 de febrero de 2006, el ejido Santa María del municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila, fue escenario de una de las tragedias más recordadas en la historia actual de México: 65 trabajadores quedaron atrapados a cientos de metros de profundidad de la comunidad minera de Pasta de Conchos. A 18 años, 4 meses y 9 días de los hechos, las autoridades finalmente recuperaron el cuerpo de una de las víctimas.

De acuerdo con reportes de familiares de los mineros, durante la tarde del 28 de junio rescatistas recuperaron los restos óseos de uno de los 63 trabajadores que quedaron sepultados. Algunos medios refieren que se trata del cráneo y otros segmentos, mientras otros indican que fue el cuerpo completo.

Según trascendió, el hallazgo se registró específicamente en la mina 8 de Pasta de Conchos, lugar donde el pasado 12 de junio se confirmó que posiblemente se habían ubicado los restos de 13 mineros.

Entre gritos y el llanto de madres, esposas, hijos y otros familiares de los mineros a causa del impacto, elementos de la Guardia Nacional (GN) trasladaron el cuerpo del trabajador desde un socavón hasta una camioneta de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Coahuila. Su identidad permanece desconocida y, hasta el momento, las autoridades no han emitido ningún comunicado al respecto.

Cabe recordar que el 23 de junio de 2006, poco más de 4 meses después del colapso de la mina, rescatistas localizaron el cadáver de Felipe de Jesús Torres Reyna. Derivado de la entonces continúa operación de rescate, el 1 de enero de 2007 se extrajo un segundo cuerpo, correspondiente a José Manuel Peña Saucedo.

6 mil 704 días después, familiares de los 63 mineros restantes presenciaran el tercer rescate.

El 19 de febrero de 2006, una explosión sacudió la mina de Pasta de Conchos. El siniestro, causado por una acumulación de gas metano en los túneles de la mina, ocasionó el colapso de la misma, lo que ocasionó que 65 mineros quedaran atrapados a más de 500 metros de profundidad. 11 personas lograron salir con vida.

Los esfuerzos de rescate comenzaron inmediatamente, pero las condiciones peligrosas y la falta de equipo especializado dificultaron las operaciones.

Las familias de los mineros esperaban con angustia noticias sobre sus seres queridos, mientras que las autoridades y la empresa propietaria de la mina, Grupo México, enfrentaban crecientes críticas por presuntas negligencias en las medidas de seguridad. Durante días, rescatistas trabajaron incansablemente, pero las esperanzas de encontrar sobrevivientes se desvanecieron a medida que pasaba el tiempo.

En 2020, por ordenes del presidente Andrés Manuel López Obrador, el rescate se reactivó. En palabras del mandatario federal, la operación continuará hasta que dé por finalizado su mandato.

“Nos quedan 3 meses y todo el tiempo lo queremos dedicar al rescate no queremos distraernos se sigue trabajando. (...) Pedí que se intensificará la búsqueda”, declaró.

Por su parte, el pasado 14 de junio Claudia Sheinbaum Pardo, virtual presidenta electa de México, aseguró que durante su administración se continuará con la búsqueda.

El accidente en Pasta de Conchos desató un intenso debate nacional sobre la seguridad en las minas mexicanas y la responsabilidad de las empresas y del gobierno en la protección de los trabajadores. Reportes posteriores revelaron una serie de irregularidades y fallos en las inspecciones de seguridad en la mina antes del accidente.