La salud se define por la Organización Mundial de la Salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La salud mental es fundamental para el bienestar de las personas, pues permite que enfrenten el estrés cotidiano, trabajen de manera productiva y desarrollen todo su potencial, según el artículo Mental health as a component of universal health de la revista Panam Salúd Pública.
Los trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo han existido siempre; sin embargo, las demandas, presiones y problemas de la actualidad han aumentado su incidencia. Esto se refleja en el creciente número de suicidios en México. En 2017, hubo una tasa de 5.3 por cada 100 mil habitantes (6,494 casos). Para 2022, esta tasa subió a 6.3 (8,123 casos). Esto significa que en 2022 hubo 1,629 suicidios más en comparación con 2017, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De acuerdo con una entrevista realizada por Gaceta UNAM a Francisco Martínez León, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, el mexicano no asiste a terapia por pertenecer a una cultura donde ir con el psicólogo no está bien visto, pues no existe una educación donde se enseñe la importancia de la salud mental.
“Un terapeuta es para cuando necesitas una ayuda, cuando sientas que estás solo, cuando sientas que necesitas a alguien que te escuche, que te apoye, alguien que te haga ver la luz, pero eso no quiere decir que estés loco”, mencionó el académico.
¿Cómo elegir al terapeuta perfecto para mi?
Si tomaste la decisión de comenzar con un proceso terapéutico es importante tomar en cuenta los siguientes puntos recomendados por la psicóloga clínica Denise Renye a través de la página Good Therapy.
Es importante que hagas un buen match con el terapeuta que escojas, pues compartirás cosas personales y delicadas, por lo que es vital sentir que estás en un lugar seguro, menciona la terapeuta en el sitio.
Sé selectivo.
Cuando te sientes desesperado por hablar con alguien, sientes mucho dolor emocional o estás pasando por una situación difícil es tentador hacer una cita con el primer terapeuta que esté disponible, pero eso es un error. La relación terapéutica es especial y única, ya que es un lugar que nos debe proporcionar un entorno físico y emocional seguro.
No podremos sanar ni avanzar en nuestro proceso si estamos en un espacio donde nos sintamos juzgados o incómodos. No te sientas presionado si no te sientes bien con el terapeuta que escogiste, puedes cambiar hasta que encuentres alguien con quien te sientas tranquilo y puedas trabajar a gusto.
Tienes derecho a escoger a tu terapeuta, una persona con quien puedas entenderte y la relación sea benéfica para ti, de lo contrario podría estancar tu sanación o incluso causarte daño.
Ten un objetivo en mente
Como en muchas áreas de la vida, tener una intención y un enfoque puede ayudarte a definir lo que buscas en terapia. El objetivo no tiene que ser muy específico, por ejemplo no necesariamente “Quiero superar el trauma que viví a los 10 años”, puede ser algo más general como “Quiero sentirme mejor con la relación que tengo con mi pareja” o “Me gustaría sentirme más tranquilo con mis decisiones”.
Si tienes una idea clara de en qué te gustaría enfocarte, será más fácil encontrar a un terapeuta que se especialice en tus necesidades.
También es importante mencionar que este objetivo funciona como una guía, un lugar del cual partir, pues puede que a lo largo del proceso terapéutico descubras más problemas de los que no tenías conocimiento.
Puede que explores temas que para ti no tengan relación con el objetivo que estableciste al inicio de la terapia; sin embargo, recuerda que el terapeuta es un profesional y lo más seguro es que tenga motivos para explorar esos tópicos contigo.
Esto no significa que no puedas conocer los motivos, puedes preguntar para estar más consciente de lo que ocurre durante las sesiones.
Haz preguntas.
La primera consulta es un momento en el que puedes aprender más sobre el terapeuta tanto como él puede aprender sobre ti. Durante la reunión inicial pregunta por su enfoque y cómo han ayudado a otras personas como tú, también puedes indagar sobre su experiencia y cómo trabaja. Si no comprendes algún término que utiliza, pregunta y pide que explique con más claridad.
Mientras escuchas a tu terapeuta hablar identifica cómo te sientes y cómo se siente tu cuerpo, pues esto es un indicador del estado interno. Según la psicóloga Denise Renye, cuando una persona está relajada respira profunda y lentamente en su estómago; por el contrario, si está ansiosa o estresada respira de manera superficial y rápida en su pecho.
Pregúntate “¿qué está haciendo mi cuerpo mientras converso con el terapeuta?”, presta atención a esas señales porque proporcionan información crucial. Confía en tu intuición.
Algunas otras señales a tener en cuenta
¿El terapeuta interrumpe mientras hablas? ¿Respeta tu tiempo? ¿Tiene un conocimiento sólido de lo que estás pidiendo ayuda? ¿Te sientes ignorado, minimizado o invalidado cuando hablas de tus emociones? ¿Sientes que has mejorado durante las sesiones?
Si durante la consulta telefónica o la primera sesión detectas alguna señal de alarma, o simplemente no te sientes muy cómodo, esa no es la persona con la que deseas trabajar. Recuerda que mereces a alguien que te respete, te escuche y quiera apoyarte en tu camino de sanación.
Puede que el terapeuta del que tu mejor amigo habla maravillas no sea el adecuado para tí y no hay ningún problema con ello. Tómate tu tiempo con este proceso, ya que esta será una persona con la que hablarás íntimamente cada semana durante meses o incluso años.