La Ciudad de México no sólo es la sede del gobierno federal, de las cámaras de Senadores y Diputados y principal centro financiero del país, también es una joya para los grupos criminales; a pesar de ello, ningún cártel, ni el Jalisco Nueva Generación (CJNG) ni el de Sinaloa han invadido en su totalidad a la capital del país.
Aunque reportes periodísticos y de las dependencias de seguridad federales han documentado la presencia de células de estos cárteles en distintas alcaldías de la CDMX, incluido en las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), para el periodista Antonio Nieto, es claro que “la Ciudad de México no ha podido ser conquistada por ningún cártel”.
En entrevista para Infobae México, el autor del libro El Cártel Chilango señaló que el impedimento para la invasión y conquista del narco de la CDMX es una suma de muchos factores, incluido un posible “pacto criminal” de no agresión en la región.
“A los cárteles no les conviene que donde se mueve su dinero, se mueva también la sangre y los muertos, pero es inevitable, (por eso vemos) numerosos, por no decir muchísimos, eventos delictivos de alto impacto aquí en la CDMX ligados a todos los cárteles que han estado”: Antonio Nieto.
Uno de esos eventos fue el atentado en junio de 2020 contra el exsecretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, a manos de presuntos integrantes del CJNG: “lo hicieron para intentar mostrar su músculo (utilizando) a un grupo delictivo local, organizando a personas que no estaban organizadas para atentar contra García Harfuch; entonces nos damos cuenta que el operativo no contó con un equipo de elite. No podrías traer ese equipo de fuerzas especiales sin pasar desapercibido”.
La geografía criminal de la CDMX
Antonio Nieto es uno de los periodistas que más ha investigado al único cártel que nació en la CDMX, La Unión Tepito, y que aglomeró a algunas de las familias delictivas del Barrio Bravo para hacer frente a los intentos de Édgar Valdez Villarreal (”La Barbie) de crear un cártel a finales de la década de los 2000.
Juan Juárez Orozco, el primer líder y fundador de La Unión Tepito -afirma Antonio Nieto-, tenía nexos con Arturo Beltrán Leyva pero actuaba de manera independiente; habría sido él quien le advirtió de los movimientos que “La Barbie” planeaba, con lo que impidió que el poder del Cártel de Sinaloa creciera más del que ya tenía cuando Jesús Reynaldo Zambada controlaba el AICM para introducir drogas bajo el cobijo de la administración de los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, según sus propias declaraciones emitidas en el juicio contra Genaro García Luna.
Para Antonio Nieto, así como los líderes criminales de Tepito se unieron para conformar el Cártel Chilango, otras familias con años (algunas con décadas) de actividades criminales pusieron un alto a los intentos de otros cárteles como el Golfo, La Familia Michoacana, CJNG y Los Zetas de afincarse en la CDMX.
“Podemos ver, por ejemplo, que en Iztacalco hay por lo menos dos o tres grupos que llevan cuatro décadas controlando el narcomenudeo, los secuestros y robos; por eso es muy difícil que un cártel llegue y los elimine como ha sucedido en municipios de otros estados, porque aquí en la CDMX es muy difícil traer un comando y pasar desapercibido”.
¿El cártel de Sinaloa y CJNG están en la CDMX?
En diferentes trabajos, los periodistas Antonio Nieto y Peniley Ramírez aseguraron que Los Chapitos expandieron su presencia criminal hasta la CDMX en 2021 y 2018 (las fechas de ambos no coinciden) y que sus actividades iban desde negociaciones con autoridades, la renta de bodegas para almacenar precursores químicos y crear rutas para el traslado de sustancias ilícitas a Sinaloa; las alcaldías donde los identificaron las autoridades fueron Benito Juárez,. Tlalpan y Coyoacán.
Fue también en la CDMX cuando un jefe de plaza del Cártel de los Arellano Félix (lo que queda de ellos) contrató a cinco sicarios para matar a Ovidio Guzmán mientras éste se encontraba en Parque Delta: “El Flaquito” (Pablo Núñez) ordenó de último momento a sus pistoleros no atacar para impedir que se hiciera un escándalo y una fuerte movilización policiaca, reveló el mismo Antonio Nieto.
Mientras Los Chapitos tenían presencia al sur de la CDMX, en el norte (alcaldía Gustavo A. Madero) han aparecido narcomantas y se han grabado videos supuestamente firmados por el CJNG y con el mensaje: “Ya llegamos y no nos vamos. Venimos a sacarlos”.
“Eso no significa que ‘ya llegaron’: cualquier cártel puede venir y rentar cinco o seis casas de seguridad, tener los contactos para enviar, seguir o pagar para que maten a alguien, pero no significa que los Arellano Félix llegaron a la CDMX”.
El periodista recordó que ni cuando se desató la guerra entre el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva la CDMX se convirtió en un territorio en disputa (aunque sí hubo respuestas violentas de ambas partes): “los únicos grupos delictivos que han estado en guerra abierta por la capital son La Unión Tepito y La Anti Unión (Unión Insurgentes).
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