Este es el pueblo de México al que sólo puedes entrar a través de un túnel

México es un país con una enorme diversidad cultural y prueba de ello es la gran cantidad de pueblos que existen en el país, de los que cada uno de ellos cuenta con características y una riqueza única.

Uno de los poblados más peculiares que existen dentro del territorio mexicano es uno al que solamente se puede acceder al ingresar a través de un túnel.

Este pueblo se encuentra en el estado de San Luis Potosí y era conocida por ser una población minera, aunque actualmente ha pasado a ser turística, y lleva por nombre Real de Catorce.

El nombre del lugar fue tomado de la palabra Real, por las minas de plata que había en el lugar, y de catorce ladrones que se escondieron en el lugar.

El lugar se encuentra a una altitud de 2 mil 270 metros sobre el nivel del mar y su vía principal de acceso es por medio de un túnel de 2 mil 300 metros de longitud. El túnel que se encuentra en el lugar es conocido como Ogarrio en honor al pueblo de España así llamado.

De acuerdo con una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que cuenta con datos del 2020, Real de Catorce cuenta con un total de mil 395 habitantes.

Antes era conocido como uno de los más importantes centros mineros de San Luis Potosí y era conocido como Real de Minas de Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Guadalupe de los Álamos Catorce, mejor conocido como Real de Catorce.

El pueblo conserva muchas de sus construcciones originales, como la parroquia de la Purísima Concepción, una iglesia construida en 1790 que se destaca por su imponente arquitectura colonial. Otro sitio de interés es el “Palenque de Gallos”, un antiguo ruedo que ahora sirve como espacio cultural y de eventos.

El Cerro del Quemado, una montaña sagrada para el pueblo indígena wixárika (huichol), se encuentra cerca de Real de Catorce. Cada año, los peregrinos huicholes realizan caminatas hasta su cumbre para llevar a cabo rituales y ofrendas. La combinación de la historia minera, la arquitectura colonial y la conexión espiritual con los wixárikas hacen de Real de Catorce un destino único.

Real de Catorce es también popular para actividades como el senderismo, paseos a caballo y la exploración de las antiguas minas. Su clima fresco y su ubicación en la Sierra de Catorce proporcionan paisajes espectaculares y una atmósfera relajante.

Cabe mencionar que en el 2001, Real de Catorce fue nombrado dentro del programa Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo.

La vida que se desarrollaba en el también conocido como “pueblo fantasma” ocurrió en medio de la actividad que llevaban a cabo los mineros que extraían plata en el lugar; sin embargo, al continuar con la excavación se toparon con un manto acuífero que al perforar inundó las minas.

Debido a lo anterior, aunque intentaron continuar con la explotación haciendo uso de extractores y bombas de agua, no fue posible y la mina finalmente fue cerrada, por lo que pasó a ser un museo.

Con el tiempo continuaron extrayendo plata de otras minas cercanas pero por la escasez que había de esta, también fueron cerradas. Al ser solamente un pueblo minero, al ya no existir actividad de este giro en el lugar, quedó como un pueblo fantasma.

Tiempo después fue retomado como un espacio turístico y reconstruido, por lo que los visitantes pudieron comenzar a visitar lugares como: los matorrales del semidesierto, recorridos a la minas, y visitas guiadas al museo de la primera casa de la moneda fundada en México.