Es sabido que los mexicas tomaban con seriedad la higiene y el cuidado personal, tal como reflejaban sus hábitos de limpieza y sus rutinas de belleza.
Las mujeres mexicas estaban especialmente interesadas en su apariencia, por lo que recurrían a toda clase de productos para que su piel y cabello lucieran lo mejor posible.
El maquillaje no era un recurso al que se recurriera en la época. Pero lo que sí utilizaban eran mascarillas para el cuidado de la piel.
De acuerdo con información recopilada por Miranda Guerrero, egresada de la carrera de Letras Hispánicas en UAM Iztapalapa, las aztecas hacían sus mascarillas con mezclas de hierbas y, en algunos casos, con ingredientes menos usuales.
Una de las mascarillas más populares estaba hecha con las hierbas ecapatli y tlalquequetzal, combinadas con excremento de paloma.
Otro producto que aplicaban en el rostro, aunque con un fin distinto, era el axil (elaborado a partir de la pulverización de un insecto). De esta forma lograban un tono amarillento, que era un signo de belleza en aquella época.
Para ellas también era importante el cuidado de su cabello, por lo que su rutina de belleza incluían también la aplicación de axil en el pelo.
Cuál es la hierba utilizada por los mexicas durante el baño
Tal como se mencionó, los mexicas no sólo tenían rutinas de belleza sino también estrictos hábitos de higiene. Bañarse diario era obligatorio entre personas de todas las edades y se dice que Moctezuma se bañaba dos veces al día.
Como parte de su rutina de baño utilizaban xiuhamolli, que significa jabón verde o jabón de hierba. Esta planta era conocida por sus propiedades para disolver la grasa y la mugre.
El xiuhamolli era utilizado también como perfume y como decolorante de cabello. Además de como producto de cuidado personal e higiene, se ocupaba como detergente.
Un producto más que era útil para bañarse era el fruto del copalxocotl, que los españoles nombraron árbol de jabón.
A este se suma el amolli, que en el Código Florentino es descrito como una yerba como “hojas como espadanas chicas, y el tallo blanco. La raiz de este yerba es como jabon para labrar la ropa, y con las delgadas laban la cabeza”.
Además de estar habituados a bañarse regularmente, los mexicas contaban con un sistema para mantener limpia la ciudad.
En Tenochtitlan se empleaban diariamente a mil limpiadores para mantener sus calles limpias, además, cada barrio poseía baños públicos.
Esta metrópoli prehispánica, que estaba situada en lo que hoy es Ciudad de México, no solo gestionaba eficazmente la limpieza de sus calles a través del barrido y riego diarios, sino que también innovaba en el uso de los desechos humanos. Tenochtitlan transportaba estos desechos en canoas hacia campos agrícolas cercanos, donde se utilizaban como fertilizante, según informaciones publicadas en diversos medios históricos.
Sumado a ello, en Tenochtitlan había dos acueductos. De acuerdo con lo descrito por Cortés, uno llevaba agua dulce de la que podía beber toda la población y el otro era utilizado cuando querían dar mantenimiento al primero.
Es así que esta ciudad prehispánica destacó no solo por su arquitectura y cultura, sino también por su infraestructura y servicios públicos. Las medidas de higiene y la gestión de residuos figuran entre los sistemas más avanzados de su tiempo, lo que refleja la importante planificación urbana que caracterizó a esta civilización.