Gálvez asegura que a los ocho años ya trabajaba mientras Sheinbaum bailaba ballet

La abanderada de la oposición insistió en que cambiará la estrategia de seguridad pública para combatir a la delincuencia

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Xóchitl Gálvez se presentó en
Xóchitl Gálvez se presentó en Chiapas, entidad golpeada por una ola de violencia. FOTO: X Xóchitl Gálvez

A sólo una semana de la elección presidencial, Xóchitl Gálvez Ruiz visitó este domingo Zinacantán el estado de Chiapas, donde se comprometió a pacificar a la entidad y regresar la paz a sus habitantes en lugar de pensar en obras faraónicas, en alusión a proyectos en el sureste como el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas.

La aspirante de la coalición “Fuerza y Corazón por México” se reunió con tsotsiles de Zinacantán en el cierre de campaña regional, ahí reconoció que Chiapas ha caído en una espiral de violencia debido a la disputa de territorio entre los grupos criminales. Por ello, dijo que en caso de ganar la presidencia de la República el tema de la inseguridad en la región será una prioridad.

La hidalguense aseguró que no proviene de una clase privilegiada y como miles de los presentes, ella tuvo la necesidad de trabajar desde la infancia, mientras que su oponente, Claudia Sheinbaum, se dedicaba “a bailar ballet”, por lo que Gálvez consideró ser más cercana a las necesidades de la gente.

“Ténganme confianza, van a tener una presidenta que no va a pensar en obras faraónicas que han sido un robadero de dinero, va a pensar en sus familias, va a regresar la paz y la tranquilidad a Chiapas, se los garantizo”, se comprometió Gálvez.

La abanderada de la oposición insistió en que cambiará la débil estrategia de seguridad pública que mantuvo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y que, de acuerdo con la panista sólo permitió al crimen organizado expandirse por todo el país.

“Van a tener a la mujer presidenta más valiente que México haya tenido, se les acabó a los criminales, se les acabó la fiesta a los criminales, se van a ir a la cárcel”, añadió en su discurso ante los indígenas tsotsiles de Zinacantán, donde llevó a cabo su cierre de campaña en Chiapas.

La originaria de Hidalgo confió en ganar el próximo 2 de junio y se comprometió también a regresar “a Zinacantán como la primera mujer Presidenta de origen indígena”.

En Chiapas, se ha registrado un incremento en la inseguridad y violencia debido a enfrentamientos entre grupos del crimen organizado en varios municipios, afectando la celebración de las elecciones del 2 de junio.

Organizaciones civiles e indígenas han denunciado desde 2023 un ambiente de “guerra civil” que se agudiza diariamente por los conflictos armados y la presencia de cárteles del narcotráfico. Esta situación ha generado un aumento en homicidios, desapariciones, extorsiones y desplazamientos forzados, especialmente en comunidades indígenas afines al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Las personas encapuchadas dicen que son autodefensas y que se organizaron porque rechazan pagar cuotas y derecho de piso Crédito: @GabyCoutino

El pasado 15 de mayo, los obispos de San Cristóbal de Las Casas anunciaron que en ciertas regiones de Chiapas, afectadas por la violencia y el control de grupos narcotraficantes, no existen las condiciones para llevar a cabo las elecciones. Según los religiosos, el ambiente de inseguridad imposibilita el ejercicio libre y seguro del voto.

Por otro lado, la representante de la coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por los partidos PAN, PRI y PRD, apeló a su origen indígena durante un mitin en Zinacantán, haciendo un llamado a los indígenas tsotsiles a votar por ella. Destacó que México tendría a su primera presidenta indígena, resaltando su origen del pueblo hñähñu y su conocimiento de Chiapas debido a su trabajo previo como directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas durante el gobierno de Vicente Fox.

Gálvez recibió el bastón de mando de un pueblo originario del Estado de México, comprometiéndose a atender con recursos e infraestructura a los pueblos indígenas de los 32 estados del país, y no solo a los del sureste, como ha sido la tendencia en la actual administración del presidente López Obrador.

Para los comicios del 2 de junio, los más grandes en la historia de México, están convocados más de 98 millones de ciudadanos para renovar más de 20,700 cargos, incluida la presidencia, los 500 escaños de la Cámara de Diputados y los 128 del Senado, así como los gobiernos de nueve estados, incluida la Ciudad de México.

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