Las estrellas de la Época de Oro del cine mexicano han dejado un legado imborrable en la historia de las artes, y su figura sigue siendo venerada y admirada al paso de las décadas. Ellos y ellas, como millones de mexicanos, provienen de un entorno familiar en el que la figura materna estuvo presente apoyándole en muchos de los casos, por eso en el Día de las Madres recordamos a los actores y las actrices del séptimo arte junto a sus mamás.
La mamá de María Félix fue Josefina Güereña Rosas, de ascendencia española, una mujer católica devota, abnegada y sumisa como muchas de su época. Fue educada en un convento de monjas en Los Ángeles, California y cuidada por María durante 12 años hata que murió en su casa de Polanco en 1971 a sus 94 años. “La Doña”, quien siempre se refirió a su madre como “Mi gigante en la vida”, tuvo una anécdota al respecto:
“En el año 1974 mi madre cayó por la escalera. Fui a verla, la llevé al médico y luego tuve que volver a París. Al despedirme le dije: Usted se va a cuidar, usted va a caminar con mucho cuidado, por que yo voy a irme muy lejos y no quiero que se vuelva a caer. ‘Tú no te apures’ me contestó, si me tengo que ir yo te espero. Me fui, regresé a los dos o tres meses con Alex y el día que llegamos con Quique me dijo: ‘Quiero cenar con ustedes. ¿me permiten cenar con todos?’. ‘Claro que sí Chefa, seguro’. Cenó con todos, estuvo muy contenta. Al despedirse me dio su bendición, pero en vez de pasarme la mano por la frente me clavo la uña. Pero eso me hace daño ‘¡qué bendición tan cruel!’, le dije. ‘Es para que te dure’, me contestó. Pues vaya que me va a durar, esto me marcará una cicatriz. Se retiró a dormir y a los 10 minutos estaba muerta. Fue muy impresionante. Sabía que iba a morir y quiso dejar huella en la frente”.
Doña Emilia Moreno Anaya, mamá de Jorge Negrete, nació el 5 de abril 1891 en León, Guanajuato. En 1909, a sus 18 años, se casó con David Negrete Fernández. Dos años después trajo al mundo al famoso “Charro Cantor”.
Además de Jorge, tuvo otros cinco hijos: tres mujeres llamadas Consuelo, Emilia y Teresa hermanos, así como dos varones: David y Rubén. Presenció durante años el éxito del protagonista de ¡Ay, Jalisco, no te rajes!, pero el 5 de diciembre de 1953 lloró la muerte del artista, cuando al galán se le reventaron las várices del esófago y el estómago. La señora vivió 74 años.
Refugio Cruz Arana, Doña Cuca o Cuquita, era la mamá de Pedro Infante. Nació el 4 de julio de 1893 y estuvo casada con Delfino Infante, con quien procreó 14 hijos, pero le sobrevivieron 9. De oficio costurera, fue quien le confeccionaba la ropa a sus hijos y llegó a ser conocida en el medio artístico gracias a que solía visitar a su famoso hijo en los estudios y locaciones para llevarle la comida que al ídolo le gustaba.
Ya famoso, “Pedrito” le compró una mansión en Lindavista, cerca de la Basílica de Guadalupe, de quien era devota. Doña Cuquita enviudó en 1955, y en 1957 lloró la inesperada muerte de Pedro Infante en un accidente aéreo, lo que afectó su estado de ánimo y de salud hasta que, un año después, murió víctima de un infarto.
Los restos de Cuquita fueron sepultados en el Panteón Jardín, junto a los de su esposo y los de su hijo, de quien siempre fue “el gran amor de su vida”.
Según el libro Pedro Infante, el rey más humilde del mundo, escrito por Paul Riquelme, el actor amaba a su madre por sobre todas las cosas.
“He aprendido a gozar de la vida lo poco que me concede y, todavía en este estado de cosas, tengo satisfacciones que no las cambio por nada. La mejor de ellas es proporcionar a mamita, a la que amo tanto, todas esas pequeñas cosas que en su vejez le consuelan y que le hacen ver que tiene un hijo que luchará por ella hasta el último día de su vida”.
María Luisa Hidalgo Aguilar, mamá de Silvia Pinal, conoció a Moisés Pasquel, un director de orquesta y personalidad muy importante en la XEW, cuando era menor de edad y a los 15 años quedó embarazada.
Tras enterarse de que el señor Pasquel ya estaba casado y tenía hijos, María Luisa se separó y tomó las riendas de la situación, dejó la escuela y enfrentó el hecho de ser madre soltera en una época donde hizo frente a tal estigma social.
Durante estos años, la mamá de quien sería una de las máximas divas del cine de oro mexicano, trabajó en una marisquería. Cuando Silvia tenía alrededor de cuatro años, su madre conoció a Luis G. Pinal, a quien llamaban “El caballero Pinal”, periodista, militar y político. Se enamoraron y debido a la sinceridad de él, la madre de la pequeña decidió casarse.
“Mi madre era muy bonita, le gustaba bailar, tenía unas piernas preciosas (...) la verdad la figura de mamá tras el embarazo no se descompuso mucho, ya que entre que era muy jovencita, activa y practicaba danza”, detalló Silvia Pinal en su libro Esta soy yo.
Para 1999, la salud de María Luisa se estaba deteriorando y todo su ánimo y energía poco a poco se apagó. La actriz de Viridiana siempre se sintió tranquila porque su madre pudo verla triunfar y la acompañó hasta el final de su vida.
“Siempre me sentí orgullosa de ella e hice que sintiera lo mismo por mí. Me vio trabajar en el extranjero, en España, le encantaba acompañarme y tuve la fortuna de darle ese regalo: de viajar conmigo. Le encantaba bailar y cantar, viví con mi mamá momentos muy bellos”, contó en su momento Silvia Pinal a la cadena Univisión.