Tras la crecida ola de violencia desatada en el estado de Zacatecas, las autoridades han decidido reforzar acciones de seguridad, es por ello que el Ejército Mexicano puso en marcha diversos helicópteros Black Hawk, mismos que son considerados como los más poderosos para enfrentamientos, pues pueden ser utilizados para carga.
Fue el pasado martes 7 de mayo, cuando el secretario de Seguridad Pública, Arturo Medina Mayoral, informó sobre la llegada de estas poderosas unidades con el fin de efectuar vuelos nocturnos para realizar los patrullajes y poder hacer frente a la delincuencia organizada, que busca controlar algunas ciudades zacatecanas.
El Sikorsky UH-60 Black Hawk, como es su nombre completo, es un helicóptero de transporte táctico medio y utilitario, se ha convertido en un pilar fundamental para las operaciones militares estadounidenses desde su introducción en 1978. Este modelo, desarrollado por la Sikorsky Aircraft Corporation, sobresalió en la competencia UTTAS (Utility Tactical Transport Aircraft System) del Ejército de los Estados Unidos en 1972, imponiéndose sobre su competidor directo, el Boeing Vertol YUH-61.
A lo largo de los años, el Black Hawk ha experimentado varias modificaciones y mejoras, que han ampliado aún más su rango de operaciones y capacidades. A partir de su victoria en la competencia UTTAS y su posterior implementación en el ejército, este helicóptero ha marcado un antes y un después en la aviación militar, consolidándose como uno de los activos más valiosos y versátiles dentro del arsenal de los Estados Unidos.
Al ser un helicóptero de combate y también de carga, este puede porta para ataque una ametralladora, así como pod de cañón, Cohete SNEB, Cohete aire-tierra Hydra 70 de 70 mm, así como un Sistema de dispersión de minas.
La evolución del UH-60, conocido popularmente como Black Hawk, ha marcado un hito en la tecnología de aviación militar desde su concepción. Con el desarrollo del UH-60L a finales de los años 80, y posteriormente del UH-60M, se ha asegurado la vigencia de este helicóptero dentro de las fuerzas armadas hasta bien entrado el siglo XXI.
El modelo UH-60L, que sería el primero de esta avanzada con un número de serie 89-26179, se caracterizó por una significativa mejora en términos de potencia y capacidad de elevación, atributos potenciados por la instalación de los motores modelo -701C de General Electric.
Por otro lado, el UH-60M vino a redefinir aún más estos estándares de rendimiento, incorporando tecnología de última generación en instrumentos electrónicos, controles de vuelo y sistemas de navegación.
Estas modificaciones no solo significaron un salto cualitativo en la capacidad operativa de los Black Hawks, sino también una extensión en la vida útil de estos aparatos. En el caso del UH-60L, la inclusión de los motores -701C fue un punto de inflexión que permitió enfrentar misiones con mayores requerimientos de carga útil y operación en condiciones extremas.
El tránsito hacia el UH-60M implicó, además de las mejoras mecánicas, un avance sustancial en la interfaz y la funcionalidad electrónica a bordo, lo cual facilitó una navegación más precisa y un control de vuelo más eficiente, preparando a estos helicópteros para los desafíos del siglo XXI.
Así fue como el Gobierno Mexicano adquirió sus primeros Black Hawk
La Fuerza Aérea Mexicana adquirió sus primeros helicópteros UH-60L en 1991, destinados al transporte de unidades de fuerzas especiales, seguido de una compra adicional de cuatro unidades en 1994.
A lo largo de los años, esta flota se ha incrementado significativamente hasta constituir la segunda más grande de Latinoamérica, compuesta por 48 helicópteros UH-60L y UH-60M, utilizados en operaciones contra el narcotráfico. Estas aeronaves son operadas no solo por la Fuerza Aérea, sino también por la Armada de México y la Policía Federal, esta última ahora absorbida por la Guardia Nacional.
El notable incremento de esta flota tuvo un momento clave en 2009 y 2011 cuando México recibió helicópteros bajo el programa Iniciativa Mérida, un acuerdo con los Estados Unidos para fortalecer las capacidades de lucha contra los cárteles de la droga.
En detalle, durante julio y agosto de 2009, la Policía Federal empleó aeronaves UH-60 en operativos contra narcotraficantes, mientras que el 25 de agosto de 2011, la Armada de México incrementó su flota con tres unidades UH-60M adquiridas a través de la misma iniciativa.