El México Prehispánico ha causado sensación en todo el mundo desde que se supo de su existencia. La llegada de Europa a nuestro país en 1519 y la posterior conquista y caída de la Gran Tenochtitlán marcó un antes y un después en la historia de la nación.
Muchos tesoros que en la antigüedad fueron resguardados por poderosas civilizaciones mesoamericanas hoy se encuentran en otras partes del mundo. Tal es el caso del penacho de Moctezuma que tanta controversia ha causado.
Pero además de este emplumado tocado de color esmeralda hay otras piezas prehispánicas que desafortunadamente salieron de México para nunca volver. Aquí te contamos sobre dos hermosas máscaras que alguna vez estuvieron en nuestro país pero que ahora se encuentran tras la vitrina del Museo Británico.
Máscara de Quetzalcóatl
Entre las piezas más emblemáticas alojadas en el Museo Británico, se encuentra una representación artística de gran valor histórico y cultural: la máscara de Quetzalcóatl. Este artefacto, reconocido por su intrincado diseño que combina elementos de serpientes con plumas en motifs de color turquesa, se destaca como un ejemplo excepcional del arte mesoamericano. La máscara, que se cree representa a la deidad Quetzalcóatl, ha sido objeto de admiración y estudio por parte de expertos y visitantes del Museo.
La estructura de esta pieza histórica se encuentra tallada en madera de cedro, con detalles que manifiestan la habilidad y la precisión de los artesanos que la crearon. El uso de resina de pino como adhesivo para aplicar el delicado mosaico de turquesa, junto con dientes fabricados a partir de concha de caracol blanco y resina de color rojo, resalta la complejidad y el significado religioso y cultural detrás de su confección.
A lo largo de sus bordes, la máscara cuenta con adornos que imitan la forma de plumas, añadiendo un elemento estético y simbólico importante a la representación de esta deidad. Además, destaca la presencia de cascabeles en los extremos de las serpientes, originalmente cubiertos en dorado, que evidencian el ingenio y la aplicación de técnicas avanzadas en su elaboración.
Máscara de Tezcatlipoca
La máscara de Tezcatlipoca, una de las piezas más enigmáticas de la colección mesoamericana del Museo Británico en Londres, es un artefacto que destaca por su complejidad artística y significado cultural. Esta máscara representa a Tezcatlipoca, una de las deidades principales del panteón mexica, conocido como el “espejo humeante” y asociado con el cielo nocturno, el tiempo, y la memoria.
Elaborada principalmente con turquesa, un material altamente valorado en Mesoamérica, la máscara está compuesta también por dos placas de madera que forman su base. Los ojos son dos anillos de pirita que reflejan la luz, imitando la luminosidad estelar, mientras que la nariz está hecha de concha, material utilizado frecuentemente por los pueblos mesoamericanos en la creación de objetos rituales.
Es importante mencionar que la máscara no era un objeto de uso cotidiano, sino un elemento ceremonial que posiblemente se utilizaba en rituales dedicados a Tezcatlipoca, enfatizando el poder y la conexión divina del gobernante o sacerdote que la portaba. Su presencia en el Museo Británico brinda la oportunidad de apreciar el extraordinario arte de los antiguos mesoamericanos y de reflexionar sobre la importancia cultural y religiosa que tenían estos objetos en las sociedades prehispánicas.
Esta obra, que se destaca por su complejidad y los materiales utilizados en su confección, fue donada al Museo Británico por Henry Christy, un reconocido coleccionista que viajó extensamente, incluido México. Se utilizó obsidiana para crear los característicos espejos negros y el lignito para dibujar intrincadas líneas sobre la superficie.