¡No lo vas a creer! Esto es lo que había en el terreno donde actualmente se encuentra el Estadio Azteca

Actualmente el Estadio Azteca conserva un pasado histórico, hoy es reconocido por ser sede de 3 copas del mundo

Construcción del Estadio Azteca foto: Revista Nosotros 2006

Entre las históricas zonas del Colegio México y el Tecnológico de Monterrey se erige una construcción rodeada de vegetación, remanente del casco de la hacienda “San Juan De Dios”, un tiempo la más extensiva de la Nueva España, abarcando 1449 hectáreas. Dicha estructura, ahora bajo la custodia de la orden Salesiana “Juan Bosco”, hospeda al Instituto Salesiano de Estudios Superiores, preservando un legado arquitectónico y cultural de incalculable valor.

La zona, ubicada en San Lorenzo Huipulco, no solo es notable por su riqueza arquitectónica sino también por su singular geografía e historia natural. La región, afectada por la erupción del volcán Xitle, se caracteriza por la presencia de formaciones rocosas y manantiales, como el de Tetlameya, fruto del flujo de lava que alteró el curso de antiguos ríos y creó un ecosistema único en donde antes florecían las chinampas y se desarrollaban asentamientos humanos a lo largo de diversas etapas arqueológicas.

Construcción del Estadio Azteca foto: Revista Nosotros 2006

Según investigaciones, Huipulco se encuentra en el área de influencia de Cuicuilco, uno de los primeros asentamientos urbanos del Valle de México, lo cual resalta su importancia en el desarrollo civilizador de la región. Estas tierras, ricas en manantiales y biodiversidad, han sido escenario de importantes descubrimientos arqueológicos, incluidas figurillas asociadas a deidades del agua, y sugieren una larga historia de interacción humana con el entorno natural, desde tiempos prehispánicos hasta la construcción de infraestructuras como el Estadio Azteca.

El Estadio Azteca no solo se destaca por su capacidad para albergar a más de 100,000 espectadores, sino también como un símbolo de la continua transformación del área, demostrando cómo la urbanización y los proyectos de gran envergadura impactan en la geografía y el patrimonio natural de lugares históricamente ricos como Huipulco.

Este sitio, testimonio de la riqueza natural y cultural del sur del Valle de México, enfrenta el desafío de preservar su legado frente al avance de la urbanización. La historia de Huipulco y sus alrededores subraya la importancia de proteger los valores naturales y culturales que definen la identidad de la región. Tan solo en su construcción fue necesario demoler toneladas de roca volcánica que yacía en el terreno pertenecientes a la primera erupción del Xitle

En 1963, comenzaron las obras de construcción del Estadio Azteca, situado en lo que hoy es un área completamente urbanizada de la Ciudad de México. Este proyecto monumental no solo marcó un hito en la historia del deporte mexicano sino que también fue un catalizador para el desarrollo urbanístico de sus alrededores. En aquel entonces, el panorama incluía viviendas rudimentarias y amplios terrenos vacíos, uno de los cuales sería más tarde sede del Tec de Monterrey Campus Ciudad de México.

La ubicación de este estadio, en medio de lo que sería la colonia Pedregal de Santa Úrsula, formó parte de una transformación significativa de la zona. Antes de que la Calzada de Tlalpan y el Viaducto Tlalpan (construido en 1967) facilitaran el acceso, y mucho antes de la edificación de la Avenida Acoxpa, el acceso se realizaba a través de vías menos desarrolladas. Entre los sitios de interés cercanos se encontraba el Colegio México, que ya operaba como institución educativa y se llegaba por la actual calle “Ejido”, una zona que también experimentaría una notable transformación con la demolición de la fábrica FISISA hace unos siete años para dar lugar a la Plaza Paseo Acoxpa.

El Coloso de Santa Úrsula peligra para no ser sede de la Copa del Mundo por tercera vez en la historia. (FIFA.COM)

Este relato de transformación urbana resalta no solo la evolución arquitectónica y deportiva representada por el Estadio Azteca, sino también el crecimiento y desarrollo de una metrópoli que se ha expandido de manera significativa a lo largo de las décadas. Es un testimonio de cómo los grandes proyectos pueden influir en el desarrollo urbano y cultural de una ciudad. Además, destaca la importancia de preservar la memoria histórica de los espacios urbanos, que han sido testigos de significativos cambios sociales y culturales a lo largo del tiempo.

Con información de la Revista Nosotros 2006.