En enero de 2016, el Cártel de Sinaloa sufrió uno de los golpes más significativos en su estructura jamás antes registrado. Aunque Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán no era el único líder de la organización criminal, su captura y posterior extradición ocasionó un vacío que poco después fue ocupado por cuatro de sus hijos: Los Chapitos. Sin embargo, destaca que la forma de operación entre el padre y sus descendientes ha variado significativamente.
De acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, luego de que los Guzmán-Salazar y los Guzmán-López asumieron el papel como líderes del Cartel de Sinaloa, el cuarteto rápidamente adquirió un mayor control del grupo criminal al “supuestamente amenazar y causar violencia” contra los principales socios de su padre, como Dámaso López Núñez, ‘El Licenciado’.
También destaca que aunque en los últimos ocho años no han sostenido un conflicto armado tal cual, Los Chapitos se han distanciado significativamente de Ismael Zambada García, líder del Cártel de Sinaloa más longevo ―además del principal socio de su padre―, con quien no han logrado afianzar una alianza sólida.
Bajo ese contexto y el hecho de que el Cártel de Sinaloa actualmente se encuentra fragmentado en otras dos facciones además de la suya ―cuyos líderes mantienen su bastión en su natal entidad―, los hijos de Guzmán Loera han logrado hacerse del control de gran parte del territorio.
Así es como operan en la actualidad.
Entre ‘halconeo’, cooptación de las autoridades y entrenamiento militar
En su más reciente libro La historia secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa, la periodista Anabel Hernández revela que Los Chapitos han logrado evitar su captura porque han cooptado a autoridades de los tres niveles del gobierno: desde corporaciones policiales, ministeriales, locales y federales; quienes, a su vez, fungen como informantes.
Pero eso no es todo.
La comunicadora mexicana experta en temas de seguridad y narcotráfico refiere que tienen vigilancia permanente en Culiacán y otras zonas del estado en las que operan a través de trabajadores de empresas, comercios, autolavados, franeleros, taxistas, puestos de periódicos e incluso vendedores ambulantes, quienes observan y reportan el movimiento de las autoridades y grupos antagónicos ―el llamado ‘halconeo’―.
En cuanto a su seguridad, se cree que Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Joaquín han instalado sus propias antenas de radiocomunicación de alta frecuencia para llevar a cabo sus actividades. Además, al igual que su padre, utilizan en su mayoría teléfonos celulares y radios digitales; es decir, dispositivos que les permite encriptar sus comunicaciones.
Por otra parte, destaca que los grupos armados a su servicio, identificados por Hernández como ‘Los Ninis’, ‘Los Ranas’ y ‘Los Chimales’, son entrenados con técnicas militares y policial, por lo que se les proporciona de armas de fuego y se les instruye formaciones básica de combate.
De acuerdo con la investigación de la comunicadora y declaraciones de testigos, Los Chapitos suelen emplear con frecuencia el uso de fusiles automáticos como el AK-47 o el AR-15, pero también el M-4, M-1 y P-90; así como pistolas calibre 9mm, .38, 5.7x28 mm, ametralladoras calibre .50 y 7.62 x 51 mm. Además, cuentan con lanzagranadas, lanzacohetes y granadas de mano, así como autos blindados.
¿En qué ciudades de Sinaloa operan Los Chapitos?
En entrevista con Infobae México, el periodista José Luis Montenegro dio a conocer que cada uno de Los Chapitos tiene ciertos territorios de Sinaloa para controlar mercados específicos. “Cada uno está viendo por sus propios intereses”, comentó.
Al respecto, destaca que en su más reciente obra, Los Chapitos: radiografía criminal de los herederos del Cártel de Sinaloa ―publicado en marzo de 2024 bajo el Grupo Editorial Penguin Random House―, refiere que, antes de ser capturado y extraditado a EEUU, Ovidio Guzmán López mantenía el control de Jesús María, Los Mochis, Batopito, Badiraguato, parte de Culiacán e inclusive Mazatlán.
“Con el poder de asalto e influencia de sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio también comandaba una célula criminal del Cártel de Sinaloa conocida como Gente del Ratón (sic)”, detalló.
Hasta el momento, no hay datos sobre las zonas de operación de sus tres hermanos.