Por este motivo, Garibaldi era un sector muy peleado por los narcos en CDMX

La plaza de Garibaldi por mucho tiempo ha sido una de las más codiciadas por los grupos criminales que operan en la Ciudad de México, quienes se dedican al cobro de piso y narcomenudeo, entre otras actividades ilícitas que dejan grandes ganancias.

Al ser una zona concurrida tanto por locales como por extranjeros, esta se convierte en una gran fuente de derrama económica, que ha llamado la atención de diversas organizaciones que se disputan el control desatando una desenfrenada ola de violencia.

“Desde la cárcel, de acuerdo con el informe especial, la Anti Unión de Tepito, elaborado por personal del Cisen, todos formaron un clan que tiene como base la zona de Garibaldi, codiciada por los narcos, ya que deja enormes ganancias en cuanto a la venta de droga y las cuotas que se les exigen a los comerciantes informales y locatarios, principalmente restaurantes, pulquerías y cervecerías, el líder absoluto de clan, es Jorge Flores Concha, ‘El Tortas’, quien dicen que una vez fue mesero en la turística Zona Rosa”, se lee en el libro ‘Cártel Chilango’, de Antonio Nieto.

Una investigación llevada a cabo por el Cisen develó la estructura y operaciones de la Anti Unión de Tepito, un grupo criminal anclado en la emblemática zona de Garibaldi en la Ciudad de México, conocida por su vitalidad cultural y económica.

Controlado por Jorge Flores Concha, alias ‘El Tortas’, el clan se inmiscuyó profundamente en el entramado social y económico de la zona, ejerciendo actividades ilícitas como la venta de sustancias prohibidas y la extorsión a comerciantes y dueños de establecimientos como restaurantes y bares.

El informe del Cisen subraya cómo ‘El Tortas’, quien se dice comenzó su carrera criminal tras un modesto inicio como mesero en la Zona Rosa, otro conocido distrito de la capital, logró escalar hasta convertirse en el líder indiscutible de la Anti Unión de Tepito.

Este ascenso refleja tanto la habilidad del individuo para navegar en el inframundo delictivo como la porosa frontera entre la economía formal e informal en ciertas áreas de la Ciudad de México.

El modus operandi de la Anti Unión de Tepito, según revela el mismo informe, incluye no solo la distribución y venta de drogas sino también la imposición de “derecho de piso” a negocios locales.

Esta táctica de intimidación y violencia subraya el alto nivel de influencia que el grupo ha conseguido sobre la economía local, alterando no solo la seguridad sino también el tejido empresarial de la zona.