Discreto, exclusivo y aislado, así es el fraccionamiento en el que las fuerzas federales encontraron a Abraham “N”, alias ‘Don Rodo’, hermano del máximo líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Aunque su historial delictivo puede rastrearse por lo menos hasta la década de 1990, este presunto jefe criminal había mantenido un bajo perfil que le permitió refugiarse en la colonia Rodríguez Alcaine del municipio de Autlán de Navarro.
Desde ese lugar, según un reporte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ‘Don Rodo’ se desempeñaba como un supuesto integrante de alto rango dentro del cártel que encabeza su hermano, Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
Las investigaciones del área de inteligencia militar señalan que ‘Don Rodo’ es considerado uno de los más relevantes coordinadores de las operaciones logísticas y financieras, dedicado al lavado de dinero y encargado del tráfico y venta de drogas”.
El sigilo con el que presuntamente operaba desde Autlán de Navarro fue tal que su presencia pasó inadvertida en diversos reportes de seguridad. Hasta los días posteriores a su detención, las autoridades no han informado si utilizaba al municipio sólo como refugio o si tendría algún grupo bajo sus órdenes directas en la demarcación.
Conviene señalar que la Sedena también identificó a Abraham “N” como uno de los principales generadores de violencia en las filas del CJNG.
Su captura ocurrió la madrugada del 21 de abril de 2024 en un discreto operativo, resultado de la cooperación entre la Guardia Nacional, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la Fiscalía General de la República (FGR).
Al momento del arresto, las fuerzas federales le aseguraron dos armas de fuego con cargadores, cartuchos y dosis de presunta droga cuyas características no fueron especificadas.
Con el fin de evitar cualquier posible reacción violenta del grupo criminal en la región, ‘Don Rodo’ fue trasladado de manera inmediata a la Ciudad de México a bordo de una aeronave de la Fuerza Aérea.
Ya en la capital, Abraham “N” presentó una petición de protección de garantías con la finalidad de no ser sometido a tratos crueles e inhumanos, como incomunicación o tortura.
En respuesta, la titular del Juzgado Noveno de Distrito de Amparo en Materia Penal, Jovita Vargas Alarcón, optó por conceder el amparo, por lo que se hará valer su derecho a estar comunicado.
Una semana después, la madrugada del 30 de abril, Abraham “N” quedó en libertad y abandonó las instalaciones del Penal del Altiplano, ya que el juez Rogelio León Díaz Villarreal, adscrito al Centro de Justicia Penal Federal del Estado de México con sede en Almoloya de Juárez, consideró que no había elementos suficientes para vincularlo a proceso.