UNAM desarrolla un tratamiento alternativo contra la amebiasis basados en sustancias naturaleza

Los extractos de plantas y la lactoferrina se convierten en opciones seguras a los tratamientos tradicionales tóxicos

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La amebiasis puede tratarse con opciones naturales para evitar tratamientos que pueden causar daño a largo plazo. (Getty).
La amebiasis puede tratarse con opciones naturales para evitar tratamientos que pueden causar daño a largo plazo. (Getty).

Investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han desarrollado una alternativa terapéutica basada en componentes naturales para el tratamiento de la amebiasis intestinal, una afección que podría prescindir de los actuales medicamentos con alta toxicidad. Este hallazgo, liderado por Julio César Carrero Sánchez, del Departamento de Inmunología del IIBO, aborda la enfermedad con proteínas como la lactoferrina, hallada en la leche materna, y extractos de ciertas plantas con propiedades antiamibianas.

En un reciente seminario, Carrero Sánchez destacó la efectividad del medicamento metronidazol en la lucha contra esta enfermedad, aunque enfatizó en su elevada toxicidad. Frente a esto, la investigación se concentró en las ventajas de la lactoferrina y los compuestos derivados de plantas como alternativas no tóxicas y bien toleradas por el organismo. Los descubrimientos responden a la necesidad de encontrar soluciones ante la creciente resistencia del parásito a los tratamientos convencionales.

Algunos casos de amebiasis tienden a mostrar resistencia al medicamento

El trabajo se inserta dentro del consorcio institucional NUATEI (Nuevas Alternativas para el Tratamiento de Enfermedades Infecciosas), que busca soluciones a infecciones causadas por protozoarios, bacterias, y virus de relevancia médica. La investigación toma especial relevancia en un contexto donde, a pesar de la disminución de casos de amebiasis, la amenaza de un repunte es real debido a la resistencia al metronidazol identificada en ciertas cepas del parásito. Este panorama resalta la importancia de explorar alternativas de tratamiento que puedan contrarrestar la posible reactivación de la enfermedad.

El parásito se aloja en el colon y puede pasar desapercibido hasta provocar un problema grave de salud. (Freepik).
El parásito se aloja en el colon y puede pasar desapercibido hasta provocar un problema grave de salud. (Freepik).

Carrero Sánchez también remarcó el desafío que representa sustituir el tratamiento convencional, dado el bajo costo y la alta aceptación del metronidazol entre la población, a pesar de sus efectos secundarios. Sin embargo, el investigador enfatiza la importancia de continuar la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos seguros para los pacientes. La reducción histórica de los casos de amibiasis, de más de un millón en los años 80 a aproximadamente 100 mil actualmente, no disminuye la relevancia del trabajo del IIBO, preparado para enfrentar posibles cambios en el comportamiento de la enfermedad.

Causas de la amebiasis

La amebiasis, una infección intestinal provocada por el parásito Entamoeba histolytica, es una preocupación de salud global, en especial entre las zonas tropicales con deficiencias sanitarias, como África, México, algunas regiones de Suramérica e India. Este parásito posee la capacidad de residir en el colon sin causar daño, pero en casos específicos, puede invadir la pared del colon y desencadenar colitis o diarrea crónica. Además, existe el riesgo de que la infección se disemine al hígado o, aunque raramente, a los pulmones, cerebro u otros órganos, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (NIH).

La amebiasis es común en las zonas tropicales de México. (Archivo).
La amebiasis es común en las zonas tropicales de México. (Archivo).

La propagación de la amebiasis ocurre principalmente a través del consumo de agua o alimentos contaminados con materia fecal, la utilización de fertilizantes humanos en el suelo, o el contacto directo entre personas, resaltando la transmisión por contacto con áreas infectadas de otro individuo. Los factores de riesgo para desarrollar formas graves de esta enfermedad incluyen el alcoholismo, cáncer, desnutrición, extremos de la edad (ser mayor o niño), embarazo, haber viajado a áreas tropicales o el uso de corticosteroides que reducen la capacidad del sistema inmunológico.

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