En la Escuela Primaria Francisco Javier Guillén, en la colonia Villa de las Flores, Tapachula, Chiapas, 30 niños sufrieron picaduras tras un ataque de abejas africanas. El incidente se reportó durante la mañana del miércoles, mientras los menores realizaban actividades deportivas en la cancha de básquetbol del plantel.
El grupo de estudiantes, que se encontraba en su hora de descanso, fue sorprendido por un enjambre de estas peligrosas abejas, las cuales comenzaron el ataque de manera repentina. Ramón Toledo Castillo, director de la Escuela Primaria Francisco Javier Guillén, fue quien confirmó el suceso, detallando cómo los alumnos fueron inesperadamente atacados por las abejas africanas. Este tipo de insectos es conocido por su agresividad, y han estado en el país desde hace varias décadas.
¿Por qué son conocidas como abejas asesinas?
Las abejas africanizadas, conocidas por su inusual ferocidad en la defensa de sus colonias, se han convertido en un tema de preocupación debido a su tendencia a atacar con poca o ninguna provocación. Este comportamiento defensivo se manifiesta en la forma en que un número significativamente mayor de estos insectos acude en defensa de la colmena, aumentando la probabilidad de picaduras múltiples a sus víctimas, las cuales pueden llegar a ser atacadas cientos de veces, de acuerdo con la Universidad de Arizona.
A diferencia de su comportamiento cercano a las colmenas, las abejas africanizadas no son consideradas más agresivas que otras especies de abejas o avispas en un contexto diferente. No tienden a formar grandes enjambres para perseguir a sus objetivos fuera de su entorno inmediato, tampoco su veneno es más dañino. Este peculiar comportamiento contrastante es crucial para comprender la naturaleza de estos polinizadores y las medidas de precaución necesarias al interactuar cerca de sus hábitats.
El peligro de las abejas africanas para la apicultura
Desde su llegada a México en 1986, en Chiapas, las abejas africanizadas han supuesto un desafío continuo para los apicultores mexicanos. Este tipo de abeja, resultado de la hibridación entre especies africanas y europeas, ha mostrado características de agresividad y comportamientos problemáticos que han afectado tanto la producción de miel como la seguridad de las comunidades cercanas a sus colmenas. En respuesta a esta problemática, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural ha desarrollado un Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana (PNPCAA), el cual busca mitigar los efectos adversos mediante estrategias de prevención, contención y mejora genética, enfocadas en preservar la productividad apícola y la seguridad pública, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SAGARPA).
El fenómeno de “africanización” describe la dominancia genética de la abeja africana (Apis mellifera scutellata) sobre las colonias de abejas de origen europeo, lo que resulta en una serie de comportamientos desafiantes. Entre estos destacan la tendencia al enjambrazón, la evasión ante el estrés, el pillaje y un aumento en la agresividad que conlleva un riesgo elevado de picaduras para personas y animales. Dicho comportamiento no solo representa un riesgo para la salud sino que también supone un problema de seguridad para los trabajadores del sector apícola y para la población en general.
¿Qué hacer en caso de picadura de abeja?
En caso de que un empleado sufra una picadura de abeja, avispa o avispón, es esencial seguir una serie de pasos inmediatos para mitigar el incidente y prevenir reacciones adversas graves. Es prioritario mantener la calma y garantizar que el afectado no esté solo, en caso de que se presente una reacción alérgica inesperada tras la picadura. La higiene juega un papel crucial; es decir, el área afectada debería lavarse con agua y jabón para evitar infecciones.
Una vez asegurada la limpieza de la zona lesionada, es fundamental extraer el aguijón sin comprimirlo, evitando el uso de pinzas que podrían inyectar más veneno al cuerpo. Este procedimiento se puede realizar con suavidad, empleando una gasa o rasqueteando cuidadosamente con la uña. Posteriormente, aplicar compresas frías o hielo resulta beneficioso para disminuir la hinchazón y proporcionar alivio al trabajador afectado.
Además, se enfatiza la importancia de no rascar la picadura, ya que esta acción puede intensificar la irritación, el prurito y elevar considerablemente el riesgo de complicaciones, como infecciones. La atención pronta y correcta no solo alivia la incomodidad inmediata sino que también previene el desarrollo de problemas mayores que podrían requerir intervención médica.