‘El Oaxaco’, un individuo bajo de estatura cabello a rape y con modos de toscos de militar, fue uno de los distribuidores de droga al servicio de Edwin Agustín Cabrera Jiménez, ‘El Antuan’, líder de la Unión Insurgentes, quienes tenían un conflicto con los de Tepito, mismos que lo mandaron a asesinar en las entrañas del Bar Black.
Pero este suceso fue lo que detonó la violencia en la capital del país, pues a los pocos meses, los Insurgentes cobraron venganza de la peor forma, al llevarse a su paso a personas inocentes, quienes su único problema fue el ser familiares de algunos operadores de la organización del Barrio Bravo.
““La realidad era que ‘El Oaxaco’ era un distribuidor de drogas al servicio de ‘El Antuan’, pero no uno común y corriente, pues era muy cercano a este, así mismo su hermano que hasta la fecha es el mismo entrevistado por el universal, es un miembro de la Familia Michoacana, en el Estado de México, apodado ‘El Hummer’, según la Procuraduría General de la República (PGR), este fue el crimen que hizo pedazos el cristal que para las autoridades, reflejaba el blindaje de la capital, con respecto a las luchas del narco, pues dos días más tarde, 13 jóvenes fueron sacados del Bar Heaven, en Zona Rosa, y llevados a un rancho, a 53 kilómetros donde fueron asesinados y enterrados en una fosa, algunas de las víctimas vivían y trabajaban en Tepito, dos de ellas, Jerzy Ortiz, de 16 años de edad, y Said Sánchez García, de 19, son respectivamente hijos de Jorge Ortiz, ‘El Tanque’, y Alejandro Sánchez Zamudio, ‘El Papis’, cabecillas del hampa, en el Barrio Bravo”. se lee en el libro ‘Cártel Chilango’, de Antonio Nieto.”. se lee en el libro ‘Cártel Chilango’, de Antonio Nieto.
Según datos del periodista Antonio Nieto, en su libro ‘Cártel Chilango’, ‘El Antuan’ y su gente habrían mandado a asesinar a los 13 jóvenes que estaban en el Bar Heaven en represalia por la ejecución de su ‘mejor’ dealer, sin embargo, la mayoría de estos eran inocentes.
Y es que entre los finados estaban Jerzy Ortiz, de 16 años de edad, y Said Sánchez García, de 19, son respectivamente hijos de Jorge Ortiz, ‘El Tanque’, y Alejandro Sánchez Zamudio, ‘El Papis’, cabecillas de Tepito, mismos que estaban en prisión, pero ya eran conocidos en el barrio.
A través de este análisis, Antonio Nieto proporciona una mirada crítica a los desafíos que enfrenta la sociedad mexicana en su lucha contra la criminalidad organizada, ofreciendo un recuento detallado y reflexivo sobre las dinámicas que perpetúan estos ciclos de violencia y corrupción.