Cuando pensaba en la manera de enfocar este artículo, el tema central estaba relacionado con el rol del empresario en la sociedad desde la perspectiva del capitalismo consciente. Sin embargo, al final del día decidí darle un enfoque más cercano a la realidad de la mayoría de los países en el mundo, y particularmente a la mayoría de los países de habla hispana como México.
Y es que el rol de un empresario, y más de un empresario consciente, es muy diferente si ese liderazgo lleva negocios en un país desarrollado o si lo hace en uno en vías de desarrollo. Para poder sensibilizarnos de algunas de esas diferencias, me apoyé en nuestro amigo al que cada vez recurrimos con más frecuencia: ChatGPT.
Primero le pregunté: ¿cuáles son las principales diferencias entre un país desarrollado a uno en vías de desarrollo? Y me contestó que las diferencias se pueden observar en estos campos:
1. Ingreso per cápita
2. Desarrollo humano
3. Infraestructura
4. Tecnología y acceso a la información
5. Nivel de industrialización
6. Estabilidad política y social
7. Distribución del ingreso
Luego le pedí que me dijera algunas estadísticas que reflejaran esas diferencias. Aquí incluiré solamente el ingreso per cápita y la distribución del ingreso. Ingreso per cápita: Según datos del Banco Mundial, el ingreso per cápita en países desarrollados puede superar los $40,000 dólares anuales, mientras que en países en vías de desarrollo puede ser de varios miles de dólares o incluso menos.
Distribución del ingreso. Proporción de ingreso entre el 20% más rico y el 20% más pobre: En los países desarrollados, esta proporción tiende a ser menor que en los países en desarrollo. Por ejemplo, en países como Suecia o Dinamarca, la proporción de ingreso entre el 20% más rico y el 20% más pobre puede ser de alrededor de 4 o 5 veces, mientras que, en países en desarrollo como Brasil o Sudáfrica, esta proporción puede ser de 10 veces o más.
Con estas sencillas estadísticas nos podemos dar cuenta de las diferencias tan grandes que hay entre un país desarrollado y uno en vías de desarrollo.
Ciertamente, los principios en los que se basa un empresario consciente para gestionar su negocio, son los mismos en cualquier país y en cualquier industria, pero cómo los aplica y el alcance de esos principios son muy distintos.
Desde la mirada del capitalismo consciente, todo empresario debe liderar con propósito, integridad y compromiso para crear valor para todas las partes interesadas y al mismo tiempo contribuir al bien mayor de la sociedad y el planeta, todo esto con un modelo de negocio rentable, por supuesto.
Ahora bien, el rol de un líder empresarial consciente en un país subdesarrollado requiere ir todavía más allá: apoyar en el desarrollo económico de la región donde opera su negocio, por ejemplo, invirtiendo en mejorar la infraestructura alrededor de su empresa y de las zonas donde viven sus colaboradores. Debe abordar cuestiones sociales como el acceso a la educación, la atención médica y el agua potable. Esto requerirá trabajar en estrecha colaboración con las comunidades y los gobiernos locales para identificar y abordar necesidades sociales apremiantes.
Debe mantener la sostenibilidad ambiental como una prioridad, aunque no se le exija, vía regulaciones o políticas públicas, pues muy seguramente el país subdesarrollado tendrá otros temas más urgentes en los cuales enfocarse.
Para lograr lo anterior, el empresario consciente en un país en vías de desarrollo tiene que crear alianzas público-privadas entre su empresa, organizaciones de la sociedad civil y gobierno. Gestionar este tipo de alianzas requiere tiempo, energía y recursos, pero solamente así podría resolver los problemas sociales, no solamente porque es lo que se debe hacer, sino porque esas problemáticas sociales le restan competitividad y frenan el crecimiento de su propia empresa.
Sé que esto parecería utópico e idealista… pero no lo es. En estos primeros dos años del Centro de Empresas Conscientes (CEC), he tenido la oportunidad de conocer a muchos empresarios y empresarias que reconocen esta realidad y están dispuestos a ir más allá de su empresa. Están convencidos que es algo que no solamente les conviene, sino que es necesario si queremos ser competitivos en un mundo cada vez más globalizado. Si te interesa conocer más acerca del movimiento de capitalismo consciente y conocer a empresarios que han decidido adoptar estos principios en sus empresas, acércate al CEC.
Tenemos productos, servicios y sobre todo una comunidad que te ayudarán a emprender este emocionante viaje, en el que no solamente tendrás mucho éxito económico, sino enormes satisfacciones por el impacto positivo que generarás.