Esta es la manera de enfrentar la pérdida de un ser querido, según la ciencia

Afrontar la muerte de un ser querido es una de las cosas más difíciles por hacer. En ocasiones quienes lo viven no imaginan el futuro, pierden el sentido del tiempo y hasta pueden olvidar quiénes son después de la pérdida.

Aunque no se tiene certeza acerca de los pasos que se deben seguir para continuar con las actividades diarias, la ciencia brinda recomendaciones para que todas las personas que pasen por la muerte de un familiar, conocido, amigo e incluso una mascota, por lo que es importante tomarlas en cuenta cuando se sienten perdidos por la ausencia.

En enero de 2012 se publicó un estudio en el portal de American Heart Association, el cual mostró que las 24 horas siguientes a la muerte de un ser querido son las más peligrosas, ya que se tiene mayor peligro de sufrir un ataque cardíaco, y quienes ya presentan algún problema cardiovascular pueden correr más riesgos.

Además, en varios estudios se ha vinculado el duelo con problemas relacionados a trastorno del sueño, cambios en el sistema inmunológico y el riesgo de presentar coágulos en la sangre.

De manera general, los duelos se dividen en cinco grandes momentos, los cuales no se viven de manera lineal ni en orden, ya que depende del proceso personal de cada persona.

La teoría de Elizabeth Kubler establece que las personas pasan por etapas de readaptación, las cuales son:

• Negación: esta etapa se produce cuando s tiene una reacción inmediata que se relaciona con un estado de shock emocional, es decir, con se debe enfrentar la ausencia y el cerebro como una manera de protección genera que se niegue u olvide que la perdida es irreparable.
• Ira: en este momento surgen pensamientos y sensaciones de frustración, lo cual genera sentimientos de ira o enojo que pueden provocar que se busque a quién atribuir la culpa.
• Negociación: en esta etapa se tienen pensamientos sobre cómo se pudo haber evitado la pérdida y qué habría pasado si estuviera vivo.
• Depresión: en este punto se comienzan a asimilar los sentimientos que provoca la pérdida, por lo que aparece la tristeza y desesperanza.
• Aceptación: en esta etapa comienza a asimilarse la ausencia sin hundirse en el dolor, por lo que se comprende que su falta será la nueva realidad.

Las emociones y sentimientos que se presentan son muchos; sin embargo, los que se producen de manera común son:

• Preocupación por el fallecido.
• Malestar generalizado a causa de la muerte del ser querido.
• Evitar los recuerdos de la pérdida.
• Alteración de la identidad.
• Sentimientos de soledad o desapego de otras personas.
• Pérdida del apetito.
• Insomnio.
• Sentimientos de culpa.

Es importante mencionar que estos son los sentimientos que generalmente se producen, pero pueden ser diferentes para cada persona. Solo cada individuo puede saber la intensidad del dolor que viven.

Además, es importante identificar cuando el dolor es demasiado, ya que puede provocar un duelo patológico, el cual se produce cuando las emociones son muy intensas e impiden que se realicen las actividades diarias. Esto se caracteriza de síntomas como alucinaciones con el fallecido, pensamientos suicidas recurrentes o cuando se adoptan conductas desadaptativas que no permiten la asimilación de la pérdida.

Según un artículo realizado en 2007 sobre los duelos y las pérdidas, señala que el primer paso para afrontar un duelo es comenzar a aceptar la ausencia de la persona fallecida, ya que no se le podrá volver a ver de manera física, aunque se deseara que así fuera.

El segundo paso es hablar y trabajar el dolor de la pérdida, ya que mientras más se hable se podrán liberar de esos sentimientos. Además, es importante aceptar cualquier tipo de sensación o emoción que se presente, no importa cómo sean.

Otro de los puntos más importantes es tener paciencia en el proceso, en la asimilación de los sentimientos y de la ausencia. Cada persona deberá llevar su dolor de acuerdo a las herramientas que tiene.

Además, se recomienda buscar ayuda de un especialista que permita expresar y trabajar el dolor que se experimenta cuando un ser querido muere. El estar acompañado en este proceso es esencial para sanar.

Perdonar es lo más importante, ya que se debe aceptar lo que se hizo hasta donde se pudo, ya sea con el fallecido o con las personas a su alrededor. Asimismo, este punto hace referencia a lo que se dijo o no se expresó.

Finalmente, la actividad primordial es enfocarse en sus necesidades. El trabajo con uno mismo puede aliviar el dolor, ya sea con pequeñas acciones desde tomarse un momento para beber un café por la tarde, hasta preparar unas pequeñas vacaciones para permitirse despejar del lugar que provoca dolor.

Estas son algunas de las recomendaciones que se pueden seguir para afrontar una pérdida, pero lo más importante es que sean acompañados de personas que les brinden apoyo, así como de algún especialista que trabaje con ustedes la sanación y el afrontamiento del dolor.