Cómo saber si un huevo está fresco o si es mejor ya no comerlo

Sin duda el huevo es uno de los alimentos más saludables que existen, pues es una de las mejores fuentes de proteína que podemos consumir, además de ser de fácil acceso. Sin embargo, si no se tiene cuidado al momento de consumirlo, el huevo también puede ser transmisor de una de las enfermedades gastrointestinales más peligrosas: la salmonela.

Y es que los huevos crudos, poco cocidos o que ya no están frescos, y se encuentran cerca de su fecha de caducidad, pueden transmitir esta bacteria y causar una intoxicación alimentaria la cual puede derivar en síntomas como dolor abdominal, diarrea, fiebre y vómitos.

Es por esto que es vital tener cuidado al momento de adquirir y consumir el huevo y verificar que se encuentra en optimo estado para ser ingerido.

Para determinar si un huevo está fresco, se pueden emplear varios métodos sencillos:

• Prueba del agua: Llenar un recipiente con agua y sumergir el huevo. Si se hunde y se queda acostado en el fondo, está fresco. Si se queda de pie en el fondo, está menos fresco pero aún es seguro comerlo. Si flota, probablemente esté malo y no se debería consumir.
• Sacudir el huevo: Acercar el huevo al oído y sacudirlo suavemente. Si se escucha un sonido acuoso o un movimiento dentro, el huevo puede estar viejo. Los huevos frescos no hacen ruido al ser sacudidos.
• Comprobar la yema y la clara: Romper el huevo en un plato plano. Los huevos frescos tendrán yemas bien redondas y firmes, y las claras se mantendrán juntas alrededor de la yema sin esparcirse mucho.
• Olor: Romper el huevo y olerlo. Los huevos frescos no tienen un olor fuerte o desagradable. Si detecta un olor a azufre o putrefacto, el huevo está malo y no debe consumirse.
• Revisar la fecha de caducidad: Aunque este método no es infalible, los huevos a menudo se mantienen buenos después de la fecha de caducidad si se han almacenado adecuadamente en el refrigerador.

Es fundamental recordar que estas pruebas son orientativas y, en caso de duda, es preferible descartar ese huevo y no consumirlo pues las consecuencias pueden ser mayores.

Un reciente estudio de la Universidad de Newcastle, publicado en la revista Nutrición Foods, ha revelado que la mejor manera de conservar los nutrientes esenciales en el huevo, como la vitamina D, es almacenándolos a temperatura ambiente en lugar de refrigerarlos.

Esta nueva investigación proporciona evidencia para repensar las prácticas tradicionales de resguardo de este alimento, pues el estudio encontró que los huevos que se mantenían fuera del refrigerador contenían niveles más altos de vitamina D.

La investigación también exploró cómo la cocción afecta el perfil nutricional de los huevos, concluyendo que los huevos revueltos conservan una mayor cantidad de sus nutrientes en comparación con otras formas de cocción.

Según este estudio, la preparación de los huevos revueltos permitiría preservar más del 90% de sus nutrientes esenciales, seguido de métodos como escalfado, hervido o frito, ajustando así las recomendaciones sobre la preparación óptima del huevo para maximizar sus beneficios para la salud.

Este descubrimiento enfatiza no solo la importancia de los huevos como una fuente rica y saludable de proteínas, luteína, zeaxantina, vitaminas A, D, E, B12, ácido fólico, y selenio, sino también cómo el método de almacenamiento y cocción puede impactar significativamente en la conservación de estos nutrientes.

Incorporar huevos en una dieta equilibrada puede ofrecer beneficios significativos para la salud, aunque se recomienda un consumo moderado en caso de tener el colesterol alto o riesgo de enfermedad cardíaca, siguiendo siempre el consejo de un profesional de la salud.