Durante los últimos años Netflix, Max, Disney o Star+, entre otras compañías, se han convertido en las plataformas favoritas de chicos y grandes. Los mexicanos no se han quedado atrás gastando grandes sumas de dinero en streaming de entretenimiento.
En México, pese a que el costo de las suscripciones ha experimentado un incremento significativo, provocando descontento entre los usuarios, las inscripciones al servicio continúan de manera normal ya que buscan tener varias opciones al momento de buscar contenido audiovisual.
Este aumento en los precios, sumado a las nuevas restricciones en el número de usuarios por cuenta, complica la accesibilidad a estos servicios de entretenimiento. Sin embargo, según estudios recientes, estas medidas han resultado en una reducción en el número de suscriptores, afectando la economía doméstica de los mexicanos que ahora destinan aproximadamente de 417 a 700 pesos mensuales en estos servicios.
Mexicanos no están dispuestos a pagar por streaming
Los datos revelan que, de los 43 millones de usuarios de internet en el país, solamente 3.4 millones están pagando por servicios de video on demand, lo cual refleja un cambio significativo en los hábitos de consumo digitales.
Netflix se posiciona como el líder del mercado en términos de participación, a pesar de ser el servicio con la tarifa más elevada y de sufrir una disminución en el número de suscripciones. Le siguen Disney+, con el 13.5% de las suscripciones, y MAX, con el 11.8%. Frente a este panorama, analistas financieros sugieren que la implementación de publicidad podría ser una estrategia más efectiva para mantener a los usuarios sin aumentar los costos.
La insatisfacción de los consumidores se debe en gran medida a la percepción de que el valor del servicio se ve mermado por las limitaciones en el uso compartido de cuentas y el incremento en los precios.
Inconformidad de usuarios podría generar pérdidas millonarias
Ante estas medidas, los consumidores mexicanos buscan alternativas más accesibles para acceder a contenido digital, lo que podría repercutir negativamente en las ganancias y la fidelidad del cliente a largo plazo para estas plataformas de entretenimiento.
Aunque estos cambios buscan ajustar las políticas de uso y mejorar la rentabilidad de estas compañías, queda claro que el mercado de streaming en México está en un punto de inflexión. Los proveedores de estos servicios tendrán que evaluar cuidadosamente sus estrategias de precios y restricciones de uso para poder mantener su base de usuarios y continuar siendo competitivos en un entorno digital cada vez más diversificado.