Así es como el CJNG y el Cártel de Sinaloa usaron zapatos de tacón para traficar miles de pastillas a EEUU

A finales de la década de los 80 y principios de los 90, los cárteles de drogas mexicanos comenzaron a diversificar los métodos para transportar drogas hacia Estados Unidos debido al escrutinio de las autoridades. Sin embargo, pese a las múltiples opciones con las que cuentan hoy en día, hay una técnica que incluso las organizaciones criminales más poderosas del país, como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, continúan empleando: el de las ‘mulas’.

De acuerdo con diversas investigaciones periodísticas, durante los últimos años, las autoridades de países como EEUU, España y Australia han registrado estrategias cada vez más novedosas mediante las cuales grupos criminales ingresan narcóticos a sus territorios.

Por ejemplo, en noviembre de 2023, el proyecto Narco Files: El Nuevo Orden Criminal reveló que la Policía Federal de Australia y la Agencia Criminal Australiana (ACIC, por sus siglas en inglés) ha localizado metanfetamina o cocaína ―ya sea en líquido o en pastillas― oculta en botellas de tequila, pescado seco, cristalería, equipos de cómputo, lingotes de aluminio, pieles de vaca e incluso artesanías mexicanas.

Por su parte, de acuerdo con documentos judiciales del país de las barras y estrellas, los narcotraficantes mexicanos ―específicamente Los Chapitos, del Cártel de Sinaloa― suelen emplear aviones privados y de carga; submarinos; lanchas rápidas y embarcaciones pesqueras; autobuses; y vehículos interestatales, privados y comerciales.

Pese a ello, el uso de personas para transportar drogas no ha disminuido; por el contrario, ha aumentado.

Así lo dio a conocer el reportaje titulado ‘La red global detrás de la crisis del fentanilo’ de Financial Times, en el que exponen que los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán pagan a guardias fronterizos y policías corruptos para que hagan caso omiso a sus actividades de contrabando.

En dicho artículo, el medio estadounidense refiere que los cárteles de drogas suelen “contratar” principalmente a mujeres y a niñas, niños y adolescentes para realizar este papel.

Pero, ¿cómo lo hacen?

De acuerdo con una investigación de la periodista Laura Sánchez Ley para Milenio, las mujeres se han convertido en las traficantes preferidas del crimen organizado, mismas a las que contratan para trasladar metanfetamina, fentanilo o cocaína en su ropa interior, cremas de noche e incluso zapatos de tacón.

Otros objetos, como cosmetiqueras o equipajes de niños también han sido empleados con frecuencia como ‘envases’ de narcóticos.

Empero, en muchas ocasiones las ‘mulas’ del CJNG y el Cártel de Sinaloa suelen ser atrapadas por las autoridades.

Según refiere la comunicadora, desde el 1 de enero de 2019 a la fecha, mil 182 mujeres han sido sentenciadas por delitos federales relacionados con narcóticos. En la mayoría de los casos, las acusadas fueron atrapadas trasladando drogas de un estado fronterizo a otro.

Por otra parte, destaca que durante los últimos años las mujeres también han incursionado en el tráfico de medicamentos controlados para adelgazar.

La palabra ‘mulas’ en el negocio de las drogas es utilizado para hacer referencia a las y los individuos que son utilizados para el transporte de sustancias ilegales de un lugar a otro, frecuentemente en las fronteras internacionales. Este método se emplea como una táctica para evadir a las autoridades y asegurar que las drogas lleguen a su destino final.

Las ‘mulas’ suelen ocultar la droga en su cuerpo, ya sea ingiriéndola en forma de cápsulas, escondiéndola en su ropa, o utilizando otros métodos creativos para camuflarla entre sus pertenencias personales.

Este papel en las operaciones de tráfico de drogas conlleva riesgos significativos.

Las personas que ejercen este papel enfrentan graves consecuencias de salud si las cápsulas que contienen drogas se rompen o filtran dentro de su cuerpo, pues provocar sobredosis o incluso la muerte. Además, si son capturadas por las autoridades, se enfrentan a severas penalizaciones legales, incluyendo largas condenas de prisión.

Las personas que terminan desempeñándose como mulas a menudo provienen de contextos vulnerables y pueden ser coaccionadas, manipuladas o atraídas por la promesa de una remuneración económica. El uso de mulas es un indicativo de las complejas y a veces desesperadas, dinámicas que alimentan el comercio global de narcóticos, así como de las estrategias elaboradas por los carteles de droga para operar de manera encubierta y eficaz frente a las fuerzas del orden.