En una operación encubierta, los primeros miembros de Unión Tepito, una organización criminal emergente, adoptaron algunos alias únicos con el fin de mantener oculta su identidad real y facilitar la comunicación interna y que no fueran ubicados.
Entre los apodos destacados se encuentran ‘El Abuelo’ quien será reconocido como ‘El Quemado’, su descendiente ahora conocido como ‘Dragón’, y Ricardo López Castillo, que adopta el mote de ‘El Moco’.
A ellos se suman Francisco Javier Hernández Gómez, que opta por ‘Comandante Negrete’ y José Alberto, identificado como ‘El Chaparro’. Estas personas reciben instrucciones directas desde Cancún, lugar de residencia de ‘El Abuelo’ y su hijo, este último nombrado líder operativo del grupo.
“Todos adquirieron nombres claves para identificarse entre ellos, ‘El Abuelo’ sería llamado ‘El Quemado’, su hijo ahora era ‘Dragón’, Ricardo López Castillo, ahora sería ‘El Moco’, Francisco Javier Hernández Gómez, adoptó el de ‘Comandante Negrete’ y José Alberto sería ‘El Chaparro’, las órdenes, las recibirían todos desde Cancún, donde vivían ‘El Abuelo’ y su hijo, quien había sido nombrado líder operativo de la naciente organización delictiva, una especie de SEO mafioso”, se lee en el libro ‘Cártel Chilango’, de Antonio Nieto.
El esquema de comunicación adquirido por Unión Tepito refleja una estructura organizativa compleja y metódica, similar a las adoptadas por conglomerados empresariales legítimos, sin embargo, con fines criminales.
La adopción de estos alias facilita la encriptación de sus comunicaciones y, por tanto, sustraer sus actividades del radar de las autoridades.
La estrategia de dirigir operaciones desde un punto turístico como Cancún permitiría a la cúpula liderar a distancia, compaginando estilos de vida lujosos con la gestión de sus planes delictivos.
Este sistema de liderazgo y comunicación destaca la naturaleza calculadora y evasiva de Unión Tepito, buscando siempre permanecer un paso adelante de las fuerzas del orden.
La adopción de nomenclaturas codificadas es una práctica común en organizaciones delictivas para asegurar el anonimato y la seguridad de sus miembros, así como para complicar las investigaciones policiales, pues incluso hay cárteles que se identifican mediante números
El primer organigrama de La Unión Tepito
Los primeros integrantes de ‘La U’ fueron Miguel, ‘El Miguelón’, que ocupaba el tercer lugar al mando, seguido de Ricardo López Castillo, ‘El Richard’, quien era el cuatro, también Francisco Javier Hernández Gómez, ‘Pancho Cayagua’, exgatillero del clan de los Camarillo, también estaba presente.
Por último, José Alberto Maldonado López, ‘El Betito’, un hombre nacido en la colonia Guerrero, fue nombrado como el jefe de seguridad o sicarios.
“De acuerdo con informes de inteligencia de la Procuraduría y las Policías Capitalinas, el organigrama de La Unión, quedó en ese tiempo con ‘El Abuelo’ al mando, y su hijo como segundo, el tercero era Miguel, ‘El Miguelón’, quien había estado preso en Cancún, luego de que una avioneta en la que volaba, cargada de cocaína colombiana se estrellara en una pista clandestina, como cuarto estaba Ricardo López Castillo, ‘El Richard’”.