Contrario a las declaraciones del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, sobre la localización de las ocho personas aún desaparecidas tras el secuestro masivo del pasado 22 de marzo, familiares de al menos cinco de estas víctimas mantienen que éstos aún no han sido encontradas.
En un discurso que parecía poner fin al angustiante episodio de desapariciones, el gobernador informó, en la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador del 8 de abril, haber localizado a todas las personas reportadas como desaparecidas, incluyendo a un grupo de 23 niños y niñas, de un total de 66 afectados inicialmente.
El mandatario estatal detalló un operativo conjunto entre integrantes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad del Estado y la policía municipal de Culiacán, que, según sus palabras, logró la localización progresiva de los desaparecidos, culminando con el hallazgo de los últimos ocho individuos, tres mujeres y cinco hombres.
“Hemos comprobado casa por casa los que están, los que no estaban, los que habían desaparecido. Y están en sus casas, tengo los nombres, los cuales no podemos darlos, esos solamente los haría la autoridad investigadora en el caso de que presenten denuncia; no se ha presentado denuncia, se presentaron algunas denuncias de familiares, pero no de las personas directamente afectadas”, añadió en la mañanera.
Ante este escenario, el mandatario informó que las autoridades han considerado el operativo como concluido: “Entonces, ayer tuvimos ya la conclusión del operativo y ese operativo por fortuna es perfecto porque aparecieron los 66 con vida”, mencionó.
La otra versión de los hechos
Sin embargo, esta versión oficial es disputada por familiares de al menos cinco personas que aún permanecen como desaparecidos, quienes en declaraciones a Milenio Televisión refutaron el anuncio del gobernador Rocha Moya.
Específicamente, mencionaron la ausencia de Jesús Ricardo Bejarano Covarrubias y de cuatro integrantes de la familia Báez Ochoa: el menor Einstein Kaleth Valenzuela Báez, de dos años, su madre Aleyda Guadalupe Báez Ochoa y los abuelos María Guadalupe Ochoa Anguiano y Conrado Báez Luna.
“Es mentira la noticia que está dando el gobernador, a mi familia se lo llevaron desde el día 22 de marzo y aún no nos los han entregado para nada,” expresó un familiar directo al medio antes citado, evidenciando el contraste entre la información oficial y la realidad que viven las familias afectadas.
Estos testimonios reflejan no sólo el dolor y la incertidumbre de no saber el paradero de sus seres queridos, sino también la desesperanza ante el intento de cerrar un caso que para ellos continúa abierto. Además, resaltaron que el menor de edad y sus abuelos enfrentaban problemas de salud en el momento de su desaparición, lo que añade urgencia a su localización.
“El bebé iba malo, el bebé sufre de bronquitis, la mamá de Aleyda, Guadalupe, ella sufre de la presión, el señor también”, dijo una persona cercana a los desaparecidos.
La conexión de la familia Báez Ochoa con el conflicto también se ve subrayada por la aparición de una narcomanta en Culiacán, relacionada con el Cártel de Sinaloa, donde se mostraban fotos de dos de los integrantes de la familia.
En ellas, el hijo mayor de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, Iván Archivaldo Guzmán Salazar advierte que en Culiacán no se permite el robo, secuestro, extorsión, ni cobro de piso, además de asegurar que en la entidad ya se sabe cuáles son los principios de la organización.
Junto al mensaje, ‘El Chapito’, como también es identificado, habría ordenado colocar otra manta en la que aparecen las fotografías y nombre de cuatro hombres, quienes fueron señalados como “cabecillas del grupo encargado de los robos de casa habitación en Sinaloa”, entre los que se encuentra un elemento de la Policía Ministerial ―presuntamente activo en la entidad― y un integrante de la Fiscalía General de la República (FGR).
La discrepancia entre la versión oficial y los relatos de los familiares subraya la persistente necesidad de respuestas y la continuación de la búsqueda hasta encontrar a todos y cada uno de los desaparecidos del secuestro masivo ocurrido en Culiacán.
Qué se sabe de los cinco desaparecidos
- Jesús Ricardo Bejarano Covarrubias, visto por última vez el 22 de marzo de 2024 en la colonia Industrial El Palmito, Culiacán. Hombre de 28 años con una estatura de aproximadamente 1.70 metros y complexión mediana. Se caracteriza por tener tez morena clara, cabello lacio y castaño oscuro, ojos medianos de color café oscuro. Posee señas particulares como manchas de vitiligo, alopecia en el lado parietal izquierdo y una cicatriz de 5 cm en la mejilla derecha, además de manchas en pies y entrepiernas.
- Eisting Kaleth Valenzuela Báez, desaparecido el mismo día, fue visto por última vez en la colonia CNOP, Culiacán. Es un niño de 2 años con una estatura aproximada de 80 cm y complexión robusta. De tez blanca y cabello ondulado corto y oscuro, Eisting tiene ojos pequeños de color café, nariz pequeña, y boca pequeña con cejas pobladas.
- María Guadalupe Ochoa Anguiano, reportada como desaparecida también el 22 de marzo de 2024 en Culiacán. Mujer de 52 años con una estatura de 1.60 metros y complexión delgada. Su tez es morena clara, y tiene el cabello largo, ondulado y castaño oscuro, ojos pequeños de color café oscuro, labios delgados y nariz grande con base ancha.
- Conrado Báez Luna, desaparecido el mismo día en Culiacán. Es un hombre de 55 años, con 1.70 metros de estatura aproximadamente y de complexión robusta. Presenta tez moreno, cabello lacio y corto entrecano, ojos chicos de color café oscuro, y nariz recta con base ancha. Tiene una frente amplia.
- Aleyda Guadalupe Báez Ochoa, vista por última vez en la colonia CNOP, Culiacán, el 22 de marzo de 2024. Mujer de 29 años con una estatura de 1.59 metros y complexión delgada. Su cabello es largo, ondulado y de color castaño oscuro, tez blanca, ojos medianos de color café oscuro, y nariz mediana con base ancha. Aleyda tiene distintivos tatuajes: un símbolo de Yin Yang con las iniciales “A E” en el antebrazo izquierdo, una fecha en números romanos en el hombro izquierdo, y un escorpión en el lado derecho de la espalda.