Cada vez falta menos para que se lleven a cabo las elecciones presidenciales de 2024, por lo que uno de los principales ejercicios que se realizan son los debates, los cuales son relevantes para conocer las ideas, posturas y propuestas de cada uno de los candidatos.
A lo largo de los sexenios y elecciones se han llevado a cabo diferentes debates políticos que han ayudado a los votantes a tener una mejor percepción de los aspirantes, con lo que pueden determinar quién es el candidato que tiene la mejor capacidad para gobernar al país.
Además del intercambio de propuestas e ideas, durante los debates también hay momentos que han pasado a la historia, principalmente por el nivel de humor manejado o por las reacciones que llegan a tener en la audiencia.
Momentos “curiosos” en los debates presidenciales
“Me llamó la vestida”
El 25 de abril del año 2000 se llevó a cabo el debate por la presidencia de México, en donde intercambiaron palabras Vicente Fox, Cuauhtémoc Cárdenas y Francisco Labastida, en donde este último se quejó de Fox y pronunció una frase que quedó en la memoria de la sociedad: “me ha llamado chaparro, me ha dicho la vestida”, a lo que Fox respondió con “a mí tal vez se me quite lo majadero, pero a ustedes, lo mañosos, lo malos para gobernar y lo corruptos no se les va a quitar nunca”.
Las miradas indiscretas de Quadri
Uno de los momentos que pasó a la posteridad tuvo lugar en el debate por las elecciones del 2012, el cual se llevó a cabo el 6 de mayo del mismo año, en donde se enfrentaron el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri, siendo este último quien protagonizó un instante “curioso”.
Gabriel Quadri, que en aquel momento era candidato del partido Nuevo Alianza, acababa de tomar su papel correspondiente para definir su participación inicial; sin embargo, su mirada se fue directamente al escote de la edecán que repartió los turnos en una bandeja transparente, quien lleva por nombre Julia Orayen.
Debido a la profunda e indiscreta mirada que lanzaba Quadri, en ese momento las redes sociales reaccionaron a la curiosa conducta del candidato por lo que de inmediato se hizo tendencia “edecán del IFE”.
“Cuidado con la cartera”
En el 2018 se llevaron a cabo tres diferentes debates, que fueron recordados por las discusiones y enfrentamientos que tenían entre sí el actual presidente, López Obrador y Ricardo Anaya, pues en todo momento buscaban atacarse por medio de supuestas contradicciones de los discursos que manejan. Los otros dos aspirantes a la presidencia en aquellas elecciones eran José Antonio Meade y Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
Fue en el segundo debate, que se llevó a cabo en el gimnasio del campus Tijuana de la Universidad Autónoma de Baja California, en donde sucedió un momento que quedó plasmado en la historia de los debates presidenciales.
Fue durante una intervención en donde Ricardo Anaya quiso acercarse a López Obrador, que este último sacó su cartera de una bolsa de su saco y expresó: “voy a cuidar mi cartera”, al mismo tiempo que sonreía con afán de burla.
“Mocharle la mano a los delincuentes”
En recuento del primer debate de las elecciones de 2018, “El Bronco” algo que llamó la atención de este candidato fueron sus propuestas, en específico, con la que aseguró que combatiría a la delincuencia en México, ya que dijo que: “hay que mocharle la mano al que robe”.
Debido a lo anterior, la moderadora de aquel debate, Azucena Uresti, le preguntó al candidato de manera sorprendida si lo decía enserio o si hablaba en sentido metafórico, a lo que Rodriguez Calderón aseguró que eso no es malo, ya que países que han salido de la corrupción lo han hecho.
“Ricky Riquín Canallín”
De los mismos debates que se celebraron en 2018, López Obrador y Ricardo Anaya siguieron con sus constantes ataques uno a otro, pero un momento cumbre fue cuando el actual presidente llamó “Ricky Riquín, Canallín”, al entonces aspirante del Pan.
Después de que López Obrador emitió esas palabras, mostró un ejemplar de la revista Proceso en el que se podía leer: “Los turbios ingresos de los Anaya”.