El peligro a desarrollar cáncer de piel aumenta con el cambio climático

Investigaciones sugieren que el incremento en la radiación UV y las altas temperaturas a causa del cambio climático están detrás del aumento del incremento de esta enfermedad

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El cáncer de piel puede
El cáncer de piel puede desarrollarse debido a la radiación solar y el cambio climático. (Oncosalud).

Un análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló una correlación preocupante entre la radiación solar y un incremento del 60% en el riesgo de padecer cáncer de piel. Esta información surge de una revisión sistemática y metaanálisis efectuados por la entidad sanitaria global, poniendo de manifiesto los riesgos a los que están expuestos los trabajadores al aire libre.

En México, este tipo de cáncer fue el segundo más frecuente en 2019, de acuerdo con La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La mayoría de los casos de melanoma, la forma más letal de cáncer de piel, están causados por la exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV). Los especialistas en salud recomiendan tomar medidas para proteger la piel del sol y evitar las prácticas de bronceado en interiores como estrategias clave para disminuir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, según los Centros para el control y la prevención de enfermedades en Estados Unidos (CDC). Sin embargo, hay factores climáticos recientes que aumenta en el peligro de padecer esta enfermedad.

El vínculo entre el cáncer de piel y el cambio climático

Una reciente revisión ha puesto de manifiesto la conexión entre el cambio climático y el aumento en la incidencia del cáncer de piel, identificando factores clave como la radiación ultravioleta, la temperatura ambiente, los cambios de comportamiento relacionados con el clima y la contaminación del aire, de acuerdo con el análisis publicado en la revista Public Health.

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La exposición prolongada a la radiación UV puede causar enfermedades graves como cáncer de piel en un 60%, según la OMS. (Andina)

La mayoría de los estudios incluidos en la revisión se concentran en efectos bien conocidos, como el daño causado por la radiación ultravioleta, observándose que factores como los cambios de temperatura y la exposición al sol juegan un papel importante en la aparición del cáncer de piel dentro del contexto del cambio climático.

Además, el análisis enfatiza en la importancia de la prevención primaria y la educación sobre el cuidado de la piel tanto para profesionales de la salud como para el público general, especialmente en contextos rurales donde el acceso a tratamientos y la conciencia sobre los riesgos son limitados. Se aclara que el desarrollo de servicios de salud resilientes al clima y campañas de prevención ajustadas a grupos de alto riesgo serían pasos clave hacia la mitigación de los impactos del cambio climático sobre el cáncer de piel.

Respecto a esta conclusión, hay otra investigación que expone el incremento en las tasas de incidencia de cáncer de piel a nivel mundial en las últimas cinco décadas, que podría estar vinculado al cambio climático. Estudios computacionales y experimentales en roedores sugieren una probable correlación entre la alteración climática y la mayor frecuencia de esta enfermedad cutánea, de acuerdo con las observaciones publicadas en la revista International Journal of Women’s Dermatology.

El cambio climático aparece como
El cambio climático aparece como uno de los nuevos factores peligrosos en el aumento de cáncer de piel. (Andina).

Los científicos instan a adoptar medidas de protección solar y a permanecer en espacios cerrados con control climático y sistemas de filtración, preferentemente alimentados por energías renovables, para reducir el riesgo individual. Sin embargo, reiteran que los esfuerzos para combatir el avance global del cambio climático son fundamentales para disminuir la incidencia de cáncer de piel. Critican la reciente salida de una nación del Acuerdo de París y la derogación de políticas ambientales por parte de su administración actual, enfatizando la necesidad de reforzar la investigación, conciencia pública y políticas en torno al cambio climático y la salud humana.