Daniel García Ramírez, conocido en el bajo mundo como “El Pistache”, quien ha sido vinculado con múltiples homicidios, fue arrestado en marzo de 2017. Sin embargo, logró su liberación el 10 de abril de 2018.
García Ramírez, es considerado como un ‘narcojunior’, es notorio por su presencia en clubes nocturnos de moda, su preferencia por vestir ropa de marca y estar al frente de operaciones de venta de drogas y extorsiones en zonas exclusivas de la Ciudad de México, específicamente en Polanco y el corredor Roma-Condesa.
“‘El Pistache’ está relacionado con varios homicidios, los detuvieron en marzo de 2017, pero el 10 de abril de 2018, consiguió su libertad, se llama Daniel García Ramírez, y su perfil es de ‘narcojunior’, frecuenta antros de moda, usa ropa de marca, y se encarga de la venta de droga y las extorsiones en Polanco, corredor Roma-Condesa, las ganancias que obtiene y que compartía con ‘El Betito’, lo hacen una figura importante de la Policía Capitalina, además de que presuntamente cuenta con decena de sicarios a su mando, su flanco débil es la posible pugna con otros miembros de la organización de ‘El Betito’, quien desde prisión, sigue controlando su zona de influencia”, se lee en el libro ‘Narcos de México’.
La relevancia de ‘El Pistache’ en las investigaciones de la Policía Capitalina proviene, en parte, de su asociación con ‘El Betito’, otro prominente figura del crimen, con quien compartía las ganancias de sus ilícitas actividades.
A pesar de encontrarse tras las rejas, “El Betito” continúa ejerciendo control sobre su territorio, señal de la compleja dinámica de poder dentro de estas organizaciones criminales.
Además, se sugiere que García Ramírez tiene bajo su mando a decenas de sicarios, aunque se enfrenta a desafíos internos, incluyendo posibles conflictos con otros miembros de su misma organización.
Estos enfrentamientos internos no solo ponen de manifiesto las fracturas dentro de la organización, sino que también representan un punto débil que podría ser explotado por las autoridades para desmantelar la red criminal.
La lucha por el poder y el control de las lucrativas rutas de droga y esquemas de extorsión en áreas de alta renta de la capital son un recordatorio de la persistente influencia y peligro que representan estas bandas para la seguridad y paz social.
La trayectoria criminal de ‘El Pistache’ y su breve paso por la cárcel plantean interrogantes sobre la eficacia de las estrategias de seguridad y justicia en México, especialmente en el combate a la cultura de los ‘narcojunior’, donde jóvenes de familias acomodadas se ven atraídos por el estilo de vida delictivo, a pesar de tenerlo todo.