Como si se tratara de un hecho que podría ser vinculado al fundador de la Familia Michoacana, Nazario Moreno González, alias ‘El Chayo’, una presunta célula de este mismo grupo criminal operó un centro de rehabilitación ubicado en el Estado de México para reclutar jóvenes a sus filas, enterrar los cuerpos de sus víctimas y vender drogas.
El descubrimiento de las actividades que se realizaban en este inmueble fue reportado por Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) el pasado 18 de marzo, específicamente tras la detención de 13 personas, entre las que destacó Enrique ‘N’, alias ‘El Canuto’.
Según refieren los datos disponibles, ‘El Canuto’ operaba este centro contra adicciones junto a su madre, Maribel ‘N’, una mujer que también trabajaba para la Familia Michoacana.
Como si se tratara de cualquier otro anexo, Enrique ‘N’ y Maribel ‘N’ venían la imagen del Centro de Rehabilitación San Judas Tadeo, ubicado en Jocotitlán, Estado de México, como un lugar en el que podían ayudar a personas que sufrieran algún tipo de adicción.
“¿Sufre usted o algún familiar de alguna adicción con alcoholismo, drogadicción o enfermedad emocional? Nosotros le podemos ayudar”, se leía en el mensaje con el que se anunciaba.
Sin embargo, el negocio escondía algo más turbio.
El día en el que ‘El Canuto’ fue detenido junto a su madre y otras 11 personas, peritos de la FGJEM localizaron una fosa clandestina con restos humanos en el terreno baldío del inmueble; mismo que colinda con la casa del acusado y otro domicilio perteneciente a su hermanastra.
Lo que se sabe del centro de rehabilitación y su vínculo con la Familia Michoacana
De acuerdo con reportes de Milenio, además de la fosa clandestina en la que se localizó el cuerpo sin vida de Juan Pablo Antonio Lara ―un joven de 21 años de edad reportado como desaparecido el 9 de enero de 2024―, el terreno ubicado en el barrio La Presa de Santiago Casandejé cuenta con zonas de tierra revuelta; por lo que se presume la existencia de más restos humanos enterrados.
El medio ya citado refirió que, tras ser detenido, ‘El Canuto’ reveló que el asesinato del joven respondió a un sacrificio. Esta declaración adquirió fuerza luego de que, a metros de la fosa clandestina, se halló una pequeña capilla con figuras, veladoras y flores.
Por su parte, destaca que familiares de la víctima informaron que el joven, operador de una grúa de vehículos, desapareció tras atender el llamado de una persona. Poco después recibieron mensajes de presuntos miembros de la Familia Michoacana que exigían 60 mil pesos por su rescate.
Con solo ocho mil pesos en mano, los familiares de Antonio Lara recibieron un último mensaje: “Ahí lo van a recoger, ahí enterrado”.
Aunque lo alarmante es que se cree que esta no es la primera víctima de la Familia Michoacana bajo este modus operandi, destacan otros datos sobre el presunto anexo.
Por ejemplo, pobladores de Jocotitlán comentaron a Milenio que el grupo criminal reclutaba a jóvenes para trabajar bajo sus ordenes. Si no cumplían con las obligaciones, los secuestraban o desaparecían.
Asimismo, una trabajadora del lugar aseguró haber visto cómo Enrique ‘N’ y Maribel ‘N’ alimentaba a cerdos con restos humanos. Sin embargo, estos datos no han sido confirmados por las autoridades.
¿Qué se sabe de ‘El Canuto’?
Aunque en la actualidad se conocen pocos datos sobre el presunto operador de la célula de la Familia Michoacana, destaca que expedientes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Edomex lo identifican como un presunto generador de violencia de la zona norte del estado.
Asimismo, es relacionado a un secuestro y cinco homicidios, todos cometidos en meses recientes.
Junto a él también fueron capturados Misael ‘N’, de 25 años; Kevin ‘N’, de 18; Juan ‘N’, de 21; Ismael ‘N’, de 44; Ángel ‘N’ y Ricardo ‘N’, de 60; Alfonso ‘N’, de 43; Margarito ‘N’ y Óscar ‘N’, de 53; Amairani ‘N’, de 22; y un adolescente, de 14.