El próximo lunes 8 de abril en el cielo se podrá observar un fenómeno natural astronómico, del cual seremos testigos en primera fila.
Un eclipse solar total ocurre con cierta regularidad y sucede cuando la luna se interpone entre el sol y la Tierra, obstruyendo en su totalidad la luz solar.
Para poder apreciarlo se recomienda utilizar métodos indirectos, y al hacerlo se recomienda NO mirar por más de 30 segundos, ya que de hacerlo directamente podría quemar la retina y ocasionar la pérdida de la visión central, lo cual es irreversible.
Métodos indirectos
En caso de no contar con gafas adecuadas que cumplan con la normativa ISO 12312-2 para apreciar dicho fenómeno que pone en riesgo nuestra salud visual; tampoco basta hacerlo con gafas de sol, por más oscuras que nos parezcan, no sirven de nada.
Las opciones indirectas para mirar cómo el sol es ocultado por la Luna de manera efectiva y sin riesgo, son las siguientes:
- Perforar una caja de cartón y crear una cámara oscura, como aquellas con las que se tomaron las primeras fotografías de la historia.
- Hacer un orificio con una aguja en una hoja de papel para ver una proyección del eclipse.
- A través del follaje de los árboles, la favorita de muchos, pues permite ver sobre el suelo cientos de pequeños eclipses que lucen como diminutas monedas que, poco a poco, “devora la oscuridad”.
Sabías que... Aunque la Luna oculte al astro, el halo a su alrededor seguirá filtrando la luz solar con la misma cantidad de rayos ultravioleta e infrarrojos de siempre, por lo que una breve exposición a ellos bastará para quemarnos la retina.
¡Atención!
De igual modo hay que evitar el uso de lentes de sol, radiografías, negativos, vidrios ahumados o filtros caseros, papel aluminio, binoculares, telescopios, ni reflejos en el agua, ya que ninguno de ellos están hechos para la protección visual.
La retina no es sensible al dolor, por lo que observar este fenómeno astronómico puede producir daños que se presentan entre cuatro o seis horas después, en tal caso, se recomienda acudir de inmediato con un oftalmólogo, refieren especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“No es extraño que a los pocos días de ocurridos estos eventos gente acuda a los consultorios médicos refiriendo que, aunque tiene visión periférica, ha dejado de distinguir rostros, eso es irreversible y, una vez llegado ese punto, los oftalmólogos tenemos poco o nada qué hacer”, aseveró el médico oftalmólogo David Lozano, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.