El asesinato de una persona en un bar de la colonia Morelos, cometido en marzo de 2015, es el crimen por el que Roberto Mollado Esparza, alias ‘El Betito’, fue sentenciado a 43 años de cárcel.
Durante la última década, este hombre ha sido señalado como uno de los principales generadores de violencia en la Ciudad de México, al desempeñarse como jefe de La Unión Tepito.
Y aunque Mollado Esparza —cuyo verdadero nombre es José Alberto Maldonado López— se hizo ampliamente conocido en la capital poco después de la consolidación del grupo en 2010, para ese entonces ya arrastraba un historial de conflictos.
Según refiere el periodista Antonio Nieto en su libro El cártel chilango, ‘El Betito’ era ubicado por sus vecinos en la colonia Guerrero como un adolescente problemático en la década de 1990. Por aquellas épocas, antes de convertirse en un objetivo prioritario para las autoridades, Maldonado López era apodado como ‘El Flamita’.
Presumiblemente, el nombre de Roberto Mollado Esparza lo adoptó como un homenaje a su cuñado Jesús, con quien forjó una cercana relación durante sus primeros años de vida. Jesús Mollado murió cuando ‘El Betito’ tenía nueve años, por lo que ya de adulto se apropió de sus apellidos para burlar a las fuerzas de seguridad.
En cuanto a los seudónimos con los que ha sido ubicado este hombre, Antonio Nieto señala que nadie dentro de La Unión Tepito se refería a Mollado Esparza como ‘El Betito’, pues estaba reservado para las autoridades y la prensa.
Al interior del grupo criminal, según los testimonios obtenidos, a ‘El Betito’ lo llamaban ‘El Chaparro’ o ‘El Chaparrito’ debido a su estatura.
Con el paso del tiempo, sus allegados también lo bautizaron como ‘Mini Aleks Syntek’ por el parecido que anteriormente tenía con el cantante. A la lista de apodos se suma también ‘El de la B’ como una posible alusión al diminutivo de sus nombres Alberto/Roberto.
Su estrecha cercanía con el ámbito criminal de la Ciudad de México lo llevó a la más alta cúpula de La Unión Tepito y en 2017, tras el asesinato de Francisco Javier Hernández Gómez, alias ‘Pancho Cayagua’, asumió el liderazgo.
“‘El Betito’ comenzó robando. Estuvo internado en el Tutelar de Menores de San Fernando, donde forjó amistades con algunos de los que en el futuro se unirían a su grupo delictivo. Tras volver a las calles pasó al asalto de camionetas blindadas”, escribe Antonio Nieto al citar un informe del anterior Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).