Decenas de familias tuvieron que dejar todo atrás y huir de sus hogares debido a los bombardeos orquestados por parte del crimen organizado: más de 40 granadas y bombas caseras fueron lanzadas sobre la sierra de Petatlán, Guerrero, durante todo el pasado domingo, obligando a los habitantes de al menos cinco comunidades a dejar la región.
Se trata de comunidades de los municipios de Tecpan de Galeana, Petatlán y Coyuca de Catalán, quienes confirman sufrir los estragos de la violencia desde hace más de un año, sin embargo, durante el pasado fin de semana las bombas no dejaron de caer y provocaron un incendio que consumió 250 hectáreas de pastizales, obligando a sus habitantes a escapar para poner a salvo sus vidas.
Uno de los sitios más afectados fue el rancho El Camarón ubicado, en el poblado del mismo nombre, de acuerdo con las versiones de los habitantes, en la zona cayeron más de 10 bombas caseras, poniendo en riesgo al ganado, a sus habitantes y trabajadores por la quema de al menos cuatro potreros.
Luego del bombardeo, pobladores y comisarios de 22 comunidades exigieron la instalación de bases mixtas policiales en cuatro zonas estratégicas sobre la ruta de Santa Rosa de Lima a El Durazno y San Antonio de las Tejas.
Los habitantes afirman que los drones son controlados por integrantes de La Familia Michoacana, la organización criminal que controla la mayoría de los delitos relacionados con extorsiones, secuestros y homicidios de la región.
Tregua criminal en Guerrero redujo violencia
Aunque hace un mes Los Ardillos y Los Tlacos llegaron a un pacto de no agresión en Chilpancingo, Guerrero, la guerra que enfrentan los segundos con La Familia Michoacana en la Costa Grande ha dejado decenas de muertos y cientos de desplazados.
Datos oficiales dan cuenta de una reducción del 23 por ciento en cuanto a los homicidios dolosos registrados en el estado durante el 22 de febrero al 22 de marzo: mientras en dicho tiempo se contabilizaron 77 crímenes, en el mes previo los asesinatos alcanzaron la cifra de 100.
Para el director del Centro de Derechos humanos Minerva Bello, padre Filiberto Velázquez, la tregua funcionó en las regiones del norte de Guerrero, en la Sierra, en tierra Caliente y en Chilpancingo, donde se ve una reducción de los enfrentamientos, aunque destacó que en la Costa Grande -especialmente en Tecpan de Galeana- el conflicto persiste.
Pese al pacto de no agresión entre Los Ardillos y Los Tlacos, sería -según los pobladores de la Costa Grande- La Familia Michoacana el grupo criminal responsable de que persista la violencia en la zona, principalmente después de ganar territorio y expandirse hacia el interior de Guerrero.
Hace apenas una semana pobladores de Tecpan de Galeana difundieron un video en el que piden a los gobiernos federal y estatal ayudarlos a combatir a La Familia Michoacana: “Nos está acabando”, lanzaron y reafirmaron que en los poblados viven trabajadores, mujeres, niñas y niños inocentes y que no son refugio de criminales.
Además del pacto de no agresión con Los Ardillos, presuntos integrantes de Los Tlacos también indicaron que había una tregua con La Familia Michoacana en la Sierra de Guerrero:
“Un año de guerra., gracias a Dios, ya se acabó. Los señores hicieron la tregua y respetamos su decisión. A toda la gente de Iguala y sus alrededores, no se dejen engañar por extorsionadores”.
En el video, los más de 100 hombres armados que aparecen le piden a los desplazados por la guerra que vuelvan a sus casas, que ellos los cuidarán para que “hagan sus vidas”. Ese video circuló a principios de marzo y desde entonces cada fin de semana han bombardeado pueblos enteros de la Sierra; los habitantes afirman que La Familia Michoacana no está respetando la tregua.