Éstas son todas las figuras de Cristo gigantes que hay en México

En tierras mexicanas, la devoción y el arte se entrelazan para dar vida a impresionantes monumentos que despiertan admiración y reflexión. Los Cristos gigantes, emblemas de fe y cultura, no solo marcan la silueta del paisaje, sino que también invitan al encuentro espiritual y turístico.

En México, el fervor religioso se extiende por todo el territorio, manifestándose de manera monumental a través de las diversas esculturas de Cristo que se erigen en diferentes estados.

Estas imponentes figuras, más allá de su valor artístico y arquitectónico, son testimonio de la profunda devoción de un país donde el 77.7% de sus habitantes se identifica como católico, según datos del último censo poblacional del 2020.

Iniciando el recorrido, en el Museo del Cristo Gigante de Montemorelos, Nuevo León, se encuentra una escultura tallada en madera por el artista local Humberto Santiesteban Uviña. Con 12 metros de longitud, esta obra, conocida como El Cristo Yacente, cautiva con sus detalles meticulosos, como las esculturas de los doce apóstoles en las uñas del Cristo.

En Tepotzotlán, un municipio reconocido por su estatus de Pueblo Mágico y la riqueza natural de la Sierra de Tepotzotlán, se desató una polémica en torno a la instalación de una escultura religiosa, el Señor del Nicho, de 15 metros de altura.

Dicha obra se erige en el cerro Tres Cabezas, contando con el apoyo tanto del gobierno municipal como de asociaciones civiles, ejidatarios y la Iglesia Católica. Sin embargo, esta decisión encontró la oposición de un sector de la población que argumenta una falta de estudios de impacto ambiental y una potencial afectación a vestigios prehispánicos no recuperados en la zona destinada para la escultura.

Por otro lado, el Cristo Rey de Jardines del Recuerdo, con 33 metros de altura, se alza majestuoso en cantera rosa, ofreciendo una vista única desde lo alto.

Esta colosal figura mide 33 metros de altura, lo que la posiciona entre las estatuas más imponentes de México. Inaugurada en 1981, tras iniciar su construcción a finales de la década de 1970, la estatua se localiza específicamente en el panteón Jardines del Recuerdo.

Los escultores David Gutiérrez Becerril y Víctor Gutiérrez encontraron inspiración en el actor Enrique Rambal, de origen español pero nacionalizado mexicano. Rambal es recordado por su representación de Cristo en la película “El mártir del calvario” de 1952. Este detalle no solo es un tributo artístico sino también un vínculo cultural entre el cine y la religión en México. La primera piedra de esta obra fue colocada el 26 de julio de 1975, y aunque su finalización estaba programada para seis meses después, no fue hasta nueve años más tarde, debido a retos económicos a nivel nacional, que se concluyó.

En Taxco de Alarcón, México, destaca la majestuosa figura del Cristo Monumental de Taxco o Cristo Taxqueño, una escultura que se erige como un centinela de la paz sobre la ciudad. Con una altura total de 18 metros, compuesta por una base de 5 metros y una escultura de 13 metros, este monumento se asienta en la cima del cerro de Atachi, ofreciendo una vista panorámica sin igual de la localidad. Realizada por el reconocido escultor Alejo Hernández en un periodo de 8 meses, esta obra fue culminada en septiembre del 2002, convirtiéndose en uno de los símbolos más representativos de Taxco.

En el estado de Guanajuato, específicamente en el municipio de Silao, se erige como un emblema de la religiosidad y resistencia histórica mexicana, el Cerro del Cubilete. La cúspide de esta montaña, que alcanza los 2579 metros sobre el nivel del mar, es hogar del imponente Cristo de la Montaña, una escultura monumental instalada en la década de 1940.

Este sitio, no solo supera en altura al famoso Machu Picchu en Perú por 150 metros, sino que también alberga las raíces de un primer monumento dedicado a Cristo Rey datado en 1920. Historia marcada por la adversidad, el original fue objeto de destrucción a través de bombardeos y dinamita en 1928, por órdenes directas del entonces presidente Plutarco Elías Calles, en un contexto de clara hostilidad hacia expresiones religiosas públicas.

El origen de esta emblemática construcción se remonta a la propiedad de José Natividad Macías Castorena, abogado, diputado constituyente y dueño de la hacienda de Chichimequillas, donde originalmente se autorizó el levantamiento del primer monumento a Cristo Rey.

En Torreón, Coahuila, el Cristo de las Noas se erige como un emblema cultural y espiritual de gran importancia para la región del noreste de México. Situada en la cima del Cerro de las Noas, esta escultura de Jesús de Nazaret, que alcanza los 22 metros de altura, se ha consolidado como uno de los principales atractivos de La Comarca Lagunera desde su inauguración en 1981. Además, el área circundante ha sido enriquecida con un complejo turístico religioso que incluye réplicas de Tierra Santa y un restaurante panorámico, entre otras instalaciones.

La creación de la actual estatua fue dirigida por el sacerdote José Rodríguez Tenorio, quien buscó superar la versión original más pequeña, concebida en 1958 por el presbítero Manuel Herrera Reynoso. Realizada en hormigón armado, con un peso aproximado de 579 toneladas, la obra de Vladimir Alvarado no solo simboliza la fe religiosa, sino también la cultural e histórica de la zona.

En El Morro, Baja California, se erige una impresionante estatua del Cristo del Sagrado Corazón, con una altura de 23 metros que domina el paisaje local a seis millas al sur de Rosarito. Esta monumental obra se halla frente al complejo Las Rocas Resort and Spa y pesa 40 toneladas. Fue Antonio Pequeño Guerrero quien comisionó esta representación de Jesús, mostrando su corazón como un símbolo de fe y devoción.

La estructura distintiva de la estatua combina materiales como acero, utilizado en la fabricación de la cabeza, pecho y brazos, y fibra de vidrio para la parte inferior del cuerpo. La cima donde se asienta la escultura no solo sirve de pedestal para la imagen, sino que también es un lugar de memoria y homenaje para Antonio Pequeño Guerrero, cuyos restos descansan bajo una pequeña cruz adornada con flores durante los días santos.

En el núcleo de la Presa Presidente Calles en San José de Gracia, Aguascalientes, emerge majestuosa una de las estructuras más emblemáticas de México: el Cristo Roto de la Isla. Distinguida entre las cinco esculturas más imponentes del país, esta obra alcanza una altura total de 28 metros, compuesta por 25 metros de estatua y 3 metros de base, construida con concreto premezclado y acero reforzado. Este monumento no solo es un símbolo de devoción, sino también un homenaje a las historias de adversidad y superación de la población local ante la catástrofe que significó la construcción de la presa.

Fundada en un contexto de éxodo y asentamientos indígenas chichimecas desde el área de Tepatitlán, Jalisco, durante la invasión española al reino de Michoacán en los años 1673 a 1675, la historia de San José de Gracia refleja una rica amalgama de cultura, resistencia y fe.

La desaparición de la cabecera municipal original en 1928 por la edificación de la Presa Presidente Calles, y su posterior refundación, demuestra la resilencia de una comunidad que supo adaptarse y renacer ante la adversidad. El Cristo Roto se erige no solo como un recordatorio de este pasado, sino también como un punto de encuentro para la reflexión y la unión espiritual.

Veracruz no se queda atrás con su homenaje al Cristo Redentor de Río de Janeiro, el Cristo Redentor de Tihuatlán, con 31.5 metros de altura, siendo una monumental figura de acero y piedra que domina el paisaje norteño.

El Cristo de Copoya, una imponente representación de Jesucristo resucitado, se erige como una de las obras monumentales más destacadas de la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, sobresaliendo en el poblado zoque de Copoya.

La estructura, una de las más grandes de su tipo a nivel mundial, alcanza una altura de 64 metros gracias a su basamento y a la construcción en acero inoxidable, siendo superada únicamente por la cruz del valle de los caídos en España.

Este monumento no solo es una proeza arquitectónica por su altura, sino también por su complejidad estructural, constituida por barras de acero y nodos conectores, con un peso total de 50 toneladas, y una base de concreto armado de 2000 toneladas. La figura de Cristo y la Cruz están meticulosamente recubiertas por láminas de acero inoxidable en colores plata y oro.

Ubicado en un espacio de casi 24,000 m², el Cristo de Copoya ofrece a los visitantes una experiencia integral, que incluye un recorrido por el Vía Crucis, espacios verdes con vegetación endémica, vistas panorámicas hacia Tuxtla Gutiérrez, así como áreas comerciales, de restauración y estacionamiento para más de 300 vehículos. La oferta se complementa con una capilla, un mausoleo con criptas, así como servicios sanitarios, creando un entorno que invita tanto a la reflexión espiritual como al disfrute de las bellezas naturales y arquitectónicas del lugar.

El reconocido arquitecto mexicano Jaime Latapí López fue el seleccionado para diseñar el monumental Cristo de Chiapas. El diseño se centra en presentar una figura de Cristo Resucitado, transmitiendo mensajes de resurrección y bendición hacia la comunidad.

• Cristo Rey de Pachuca

El Cristo Rey de Pachuca, una imponente escultura de 33 metros de altura situada en el Cerro de Santa Apolonia, en Pachuca de Soto, Hidalgo, México, no solo es un símbolo de devoción católica, sino también un destacado geositio del Geoparque Comarca Minera, reconocido por la Unesco.

Este monumento, visible desde varios puntos de la ciudad, representa la fe y la gratitud de un grupo de mineros hacia la figura de Cristo Rey, quienes, tras ser salvados de un accidente en la Mina del Paricutín en 1940, prometieron erigirlo en agradecimiento.

La historia detrás de la construcción del Cristo Rey de Pachuca comenzó con la adquisición del terreno en 1982, tras décadas de esfuerzos infructuosos por parte de los mineros sobrevivientes.

El proyecto, liderado por el ingeniero José Luis Lugo Vera y supervisado por el arquitecto César Narváez Benítez, tomó forma gracias a las donaciones de los ciudadanos de Pachuca. Finalmente, fue inaugurado el 17 de abril de 1996, coincidiendo con el Domingo de Resurrección, con una ceremonia presidida por el obispo de Tulancingo, Pedro Arandadíaz Muñoz.

La estatua, que mide 33 metros en honor a la edad de Jesús al momento de su muerte, está fabricada con cantera proveniente de Querétaro y Guanajuato. Su ubicación, originalmente prevista en un sitio diferente, tuvo que cambiarse debido a la presencia de túneles mineros en el subsuelo, según indicaron geólogos de la Compañía Real del Monte y Pachuca. La posición de los brazos de la estatua, interpretada por algunos como un gesto de acogida y por otros como una medida para resistir los fuertes vientos de la región, añade un elemento de intriga a su diseño.v

• Cristo de la Paz

Finalmente, en Zacatecas, el Cristo de la Paz, inaugurado en 2023, se eleva con 33 metros de altura en acero, siendo una muestra reciente de la fe y la creatividad humana.

• Cristo de los Álamos

La escultura del Cristo Rey en Tijuana, visible desde diversos puntos de esta ciudad fronteriza, no solo simboliza un hito espiritual sino también artístico con sus 23.3 metros de altura y un peso de nueve toneladas.

Conocida también como “Cristo Rey 2000″ debido a su inauguración que coincidió con el Jubileo del Año 2000, esta segunda escultura de Cristo más grande en México, fue creada entre 1997 y 1999 por el escultor Virginio Ramírez González y sus hijos: Domingo, Rosendo y Gregorio, iniciativa del párroco Antonio Mata Villegas.

El proyecto nació por la inspiración del Pbro. Antonio Mata Villegas, originario de Panindícuaro, Michoacán, y se materializó en la jurisdicción Parroquial de San Martín de Porres en la colonia Los Álamos. La escultura, hecha de fibra de vidrio, no solo muestra la envergadura de la fe cristiana sino también la audacia artística, puesto que su cabeza mide 3 metros de altura y fue montada en capas sucesivas hasta alcanzar su forma final.

El diseño, que incluye la imagen principal del Cristo Rey y los 28 ángeles que rodean la plaza, fue conceptualizado por Villegas, quien además buscó crear un espacio de reflexión a través de la plaza y una capilla.

Este monumento, ahora emblemático de Tijuana, ha sido designado como Monumento Histórico de Tijuana, según se detalla en el libro “La ruta de los monumentos históricos de Tijuana” de Julio Rodríguez Barajas, publicado por Editorial IMAC. Mons.