La contienda por quién será la siguiente persona que ocupe la silla presidencial en México se calienta a medida que el conteo acorta su brecha al próximo 2 de junio, además de tener los debates presidenciales a la vuelta de la esquina.
En los últimos días ha sido precisamente éste último punto lo que ha causado controversia en el mundo político, y es que recientemente la alianza conformada por Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM) presentó una petición formal ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para que se remueva al periodista Manuel López San Martín de su rol como moderador en el primer debate a realizarse el 8 de abril.
Aunque el órgano electoral ya ha dicho firmemente que no lo quitará porque la queja por supuesta imparcialidad se hizo a destiempo, ahora la expectativa sobre este ejercicio democrático ha crecido.
Manuel López San Martín y Denise Maerker estarán moderando el primer debate presidencial del 8 de junio; mientras que el INE ha propuesto que Adriana Pérez Cañedo y Alejandro Cacho presidan el segundo, contemplado para el 28 de abril.
Ante esta polémica es inevitable pensar en los debates que protagonizaron en el 2018 los entonces candidatos Andrés Manuel López Obrador, de la coalición “Juntos Haremos Historia”; Ricardo Anaya de la coalición “Por México al Frente”; José Antonio Meade de la coalición “Todos por México”, y Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, como candidato independiente; quienes tuvieron intercambios acalorados y confrontaciones sobre una variedad de temas.
Primer debate
En los debates presidenciales de México, se optó por tener varios moderadores para garantizar un enfoque equilibrado y plural en la conducción del evento. El primer debate presidencial se llevó a cabo el 22 de abril de 2018 y en este evento estuvieron como moderadores:
- Denise Maerker
- Azucena Uresti
- Sergio Sarmiento
En este encuentro hubo discusiones acaloradas sobre estrategias de seguridad, con Anaya y AMLO en desacuerdo sobre la propuesta de amnistía de AMLO para ciertos delincuentes.
Por otro lado, Anaya y Meade criticaron la gestión de AMLO como jefe de gobierno de la Ciudad de México, mientras que AMLO defendió su historial y prometió una estrategia diferente para combatir la corrupción y la violencia.
El Bronco, aunque no tuvo tanta relevancia en este debate, participó en algunas discusiones sobre seguridad y corrupción, presentando su estilo directo y controversial. Este fue el único en el que participaría Margarita Zavala antes de bajarse de la contienda.
Segundo debate
Por otro lado, el segundo debate presidencial se llevó a cabo el 20 de mayo de 2018. En éste los moderadores fueron:
- Yuriria Sierra
- León Krauze
Anaya y AMLO se enfrentaron en temas económicos y de corrupción. Anaya acusó a AMLO de no haber declarado correctamente sus ingresos, mientras que AMLO lo acusó de corrupción por supuestas irregularidades en la venta de un terreno. Fue en este cuando López Obrador bromeó sobre “Ricky Riquín Canallín”.
Hubo un debate intenso sobre la educación, con Anaya y Meade criticando los resultados educativos en los estados gobernados por AMLO en el pasado.
El Bronco participó en discusiones sobre pobreza y desarrollo, aunque en general tuvo menos impacto en este debate que los otros candidatos principales.
Tercer debate
El último debate presidencial, el tercero, se llevó a cabo el 12 de junio de 2018. Para esta ocasión se invitó a cuatro personajes para moderar, una de ellas que también conducirá el primero de 2024:
- Gabriela Warkentin
- Leonardo Curzio
- Carlos Puig
En este caso AMLO fue objeto de críticas sobre su postura hacia Estados Unidos y su propuesta de amnistía para combatir la violencia. Anaya y Meade continuaron atacando el historial de AMLO como líder político y su enfoque en temas como el aeropuerto de la Ciudad de México y la reforma educativa.
El Bronco generó controversia al sugerir la amputación de manos como castigo para los funcionarios corruptos.
En general, estos debates fueron momentos clave en la campaña electoral y ofrecieron a los candidatos la oportunidad de exponer sus ideas y confrontar las posturas de sus oponentes frente a una audiencia nacional. Las tensiones y confrontaciones entre los candidatos reflejaron las diferencias ideológicas y las estrategias políticas en juego durante la contienda electoral.