Qué es una tormenta geomagnética y cómo afecta a las redes eléctricas

Desde Boulder, Colorado, expertos en clima espacial prevén posibles inconvenientes en las transmisiones y la conectividad sin causar alarma en la población

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La tormenta geomagnética se produce cuando hay un cambio de energía en el viento solar hacia el entorno espacial de la Tierra. Afecta a las redes comunicación de los satélites. (NASA via AP).
La tormenta geomagnética se produce cuando hay un cambio de energía en el viento solar hacia el entorno espacial de la Tierra. Afecta a las redes comunicación de los satélites. (NASA via AP).

Una erupción solar desencadena la emisión de plasma que podría causar interferencias en las transmisiones de radio en la Tierra este 25 de marzo, según ha advertido el Centro de Predicción de Clima Espacial de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) con sede en Boulder, Colorado. A pesar del potencial impacto en las comunicaciones, las autoridades han comunicado que no existe motivo de preocupación para la población.

Este fenómeno, conocido también por su capacidad de generar auroras visibles y atractivas, es parte de la actividad solar regular que ocasionalmente afecta a nuestro planeta. Según explican los expertos, las erupciones solares son poderosas liberaciones de energía que envían partículas cargadas a través del sistema solar, las cuales, al interactuar con la atmósfera terrestre, pueden provocar las mencionadas interferencias.

¿Qué es una tormenta geomagnética?

Las tormentas geomagnéticas representan una alteración relevante de la magnetosfera terrestre, fenómeno ocasionado por una intensa interacción entre el viento solar y el espacio circundante a la Tierra. Así se derivan de flujos solares variables, que inducen cambios en los campos magnéticos, corrientes y plasmas de la magnetosfera. En particular, estos sucesos se intensifican con la presencia de un campo magnético solar con dirección sur, opuesto al terrestre, y con vientos solares de alta velocidad que persisten por horas o días, de acuerdo con el NOAA.

Los vientos solares de alta intensidad y el plasma solar en la Tierra provocan las tormentas geomagnéticas. Se prevé que este fenómeno afecte a gran parte de América del Norte. (NOAA).
Los vientos solares de alta intensidad y el plasma solar en la Tierra provocan las tormentas geomagnéticas. Se prevé que este fenómeno afecte a gran parte de América del Norte. (NOAA).

Estas perturbaciones pueden provocar las tormentas geomagnéticas más severas, en especial cuando están asociadas a eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) del Sol. Las CME, con su capacidad de transportar aproximadamente mil millones de toneladas de plasma solar hacia la Tierra, pueden llegar a nuestro planeta en plazos que oscilan desde los varios días hasta, en casos extremos, tan solo 18 horas. Además, las corrientes de alta velocidad del viento solar (HSS) juegan un papel importante, dado que al colisionar con vientos solares más lentos, generan regiones de interacción que, aunque provocan tormentas de menor intensidad que las CME, tienen un impacto prolongado en la transferencia de energía hacia la magnetosfera.

¿Cómo afecta a las redes de eléctricas?

Las consecuencias de estas tormentas se manifiestan en diversos aspectos desde la interrupción de las transmisiones de radio de alta frecuencia como las usadas en las torres de tráfico aéreo, hasta el incremento de la resistencia a los satélites en órbita baja debido al aumento de la densidad y distribución de la atmósfera superior. Además, estas condiciones propician la aparición de auroras, aunque, por otra parte, pueden generar corrientes geomagnéticas inducidas que resultan perjudiciales para las redes eléctricas y las comunicaciones.

Las tormentas geomagnéticas inciden en las comunicaciones por satélite. (POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA
UNIVERSIDAD DE NAGOYA/Europa Press).
Las tormentas geomagnéticas inciden en las comunicaciones por satélite. (POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA UNIVERSIDAD DE NAGOYA/Europa Press).

Un ejemplo de cómo las tormentas geomagnéticas pueden impactar la infraestructura terrestre, es lo sucedido en Montreal, Canadá, durante el 13 de marzo de 1989. Se reportó una interrupción de la energía eléctrica que afectó a seis millones de personas durante nueve horas. El problema resaltó la vulnerabilidad de los sistemas de energía eléctrica ante eventos naturales de gran escala, de acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).

La causa raíz de estos apagones se encuentra en las corrientes inducidas durante tormentas geomagnéticas, que son particularmente dañinas para los equipos de transmisión eléctrica. Dado que las empresas suministran energía de corriente alterna a través de extensas redes de transmisión, cualquier cambio inusual en este delicado equilibrio puede tener consecuencias devastadoras. Las corrientes casi continuas generadas por estos eventos representan una amenaza para la estabilidad de las redes.

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