México actualmente vive un proceso electoral a nivel federal que podría cimbrar la historia del país; sin embargo, también se encuentra cerca de vivir 100 años de tener elecciones periódicas y organizadas con base en una serie de preceptos jurídicos, esto, por supuesto, no evitó que a lo largo de la historia se presentaran presuntos fraudes electorales.
En 1929 se vivió una elección extraordinaria debido a que meses atrás —en octubre de 1928— fue asesinado Álvaro Obregón durante su segundo periodo en la Presidencia de la República, además también se acababa de fundar el Partido Nacional Revolucionario (PNR), una idea de Plutarco Elías Calles para frenar los episodios de violencia que quedaban de la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera, así como la deuda externa con los Estados Unidos.
A la elección se presentaron tres candidatos:
- Pascual Ortiz Rubio del PNR
- José Vasconcelos del Partido Nacional Antirreeleccionista (PNA) —mismo que postuló a Francisco I. Madero a la presidencia—
- Pedro Rodríguez Triana del Partido Comunista Mexicano
Pese a la popularidad que había adquirido el partido recién fundado, quien se llevó la mayoría de los reflectores fue Vasconcelos Calderón, quien actualmente es considerado El maestro de la Juventud de América, además de ser la pieza fundamental para la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP), así como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Aunque fue cercano a Obregón, se desmarcó de Calles y se unió a personajes como Manuel Gómez Morín, Alberto Vásquez del Mercado y Antonieta Rivas Mercado para crear una campaña que le compitiera al partido que se convertiría en el eje central del Estado mexicano.
Su entrada a la Ciudad de México en Domingo de Ramos
Durante la campaña, en las últimas semanas oficiales de la Guerra Cristera, Vasconcelos decidió posicionarse como un rival directo no sólo de Pascual Ortiz Rubio, sino especialmente de Plutarco Elías Calles al entrar a la Ciudad de México en un Domingo de Ramos, un acercamiento a la entrada de Jesús a Jerusalén, de acuerdo a lo que marca La Biblia de la Iglesia católica.
Con base en lo que explica el historiador Alejandro Rosas, en aquella fecha el candidato antirreeleccionista encabezó un mitin en la plaza de Santo Domingo, en el centro de la capital del país, en donde se comparó con Quetzalcóatl y refirió que se enfrentaría a Huitzilopochtli, en este caso al incipiente maximato y al PNR.
En medio de la Guerra Cristera fue que se presentó este hecho, pues la Ley Calles limitaba las manifestaciones religiosas en el país; sin embargo, de acuerdo a los resultados oficiales, José Vasconcelos perdió la elección al conseguir 110 mil 979 votos, mientras que el oficialista Ortiz Rubio habría conseguido un millón 947 mil 848 sufragios.
Este resultado fue señalado como “el mayor fraude electoral en la historia de México” debido a que se presentaron fuertes actos de violencia el día de la elección; no obstante, debido a la época no estuvo completamente documentada.
Dicho hecho provocó que Vasconcelos Calderón no reconociera la victoria y se exiliara, por segunda vez, fuera de México; en ese momento aprovechó para proclamar el Plan de Guaymas, pero la rebelión fue contenida rápidamente por el gobierno federal.