En un Tik Tok publicado en los últimos días, Karely Ruiz, ha sido filmada acudiendo a pagar el reto que ella misma asigno, dándole la cantidad de 200.000 pesos mexicanos a un fan, que tuvo el valor de tatuarse su rostro en la pierna, a lo que se le vio a Ruíz muy sorprendida de cómo había quedado la obra final.
La modelo de OnlyFans, Karely Ruiz, recientemente generó controversia en las redes sociales tras la circulación de un video íntimo con un admirador que se había tatuado su rostro. Este incidente desató una ola de memes y críticas hacia Ruiz, especialmente sobre la ausencia de protección durante el encuentro. En un giro de eventos, Ruiz condujo un concurso premiando al fan con el mejor tatuaje de su imagen, lo que ha despertado acusaciones de fraude entre su comunidad en línea.
El incidente comenzó cuando un video íntimo de Ruiz y un aficionado se divulgó ampliamente, colocando a la estrella de OnlyFans en el centro de un intenso debate online sobre la seguridad sexual. La situación escaló cuando Ruiz decidió organizar un concurso en redes sociales, prometiendo un premio monetario al seguidor con el mejor tatuaje de ella. Tras la evaluación de varias propuestas enviadas por sus seguidores, la modelo anunció el ganador, lo cual llevó a acusaciones de fraude por supuestamente favorecer a un conocido y no considerar debidamente las opiniones de su audiencia.
En el contexto de la polémica, Ruiz expresó su agradecimiento tanto a los tatuadores como a los participantes por su entusiasmo y esfuerzo, destacando el apoyo de sus seguidores en el proceso de selección. Sin embargo, las acusaciones de fraude han oscurecido el evento, planteando cuestiones sobre la transparencia y la fiabilidad de los concentrados en redes sociales organizados por figuras públicas. Este caso subraya las complejidades y desafíos que enfrentan las personalidades de Internet y sus interacciones con los fanáticos en la era digital.
La polémica en torno a Karely Ruiz y el concurso de tatuajes refleja las dinámicas cambiantes entre celebridades de Internet y su audiencia, mostrando cómo los eventos diseñados para fomentar la participación y el entusiasmo pueden desviar la atención hacia cuestiones de ética y transparencia en el manejo de estas actividades. A medida que Ruiz y otros influencers navegan por estas aguas, los debates sobre la seguridad, la autenticidad y la integridad en el espacio online probablemente continuarán atrayendo la atención del público y de los medios.