No es nuevo escuchar que mientras se toma algún medicamento no se debe consumir alcohol, pero ¿realmente es dañino?
Cuando se consume algún medicamento, este tiene un proceso único de metabolización en el cuerpo, lo que provoca que al combinarse con alcohol pueda tener una reacción adversa y se presenten síntomas como nauseas, vómitos o malestar estomacal, entre otros.
Es importante señalar que las posibles consecuencias de combinar alcohol con medicamentos se basan en el tipo de componentes que estos últimos contengan, la edad y sexo de la persona que los consume, así como de la cantidad de alcohol que se ingiera.
El Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA, por sus siglas en inglés) señala que hay medicamentos como el jarabe para la tos y los laxantes, que contienen los índices más altos de alcohol, lo que puede provocar una reacción más grave.
Además, existen antibióticos que si se combinan con alcohol, pueden disminuir su eficacia y ocasionar que el proceso de recuperación se prolongue.
¿Por qué es importante no combinar medicamentos y alcohol?
Al ingerir un medicamento, este puede absorberse en el estómago, pero si cuenta con un recubrimiento gastrointestinal, continuará su camino hasta llegar al intestino para ser enviado hasta el hígado; sin embargo, el recorrido no termina aquí, pues finalmente deberá viajar por el torrente sanguíneo para llegar hasta su sitio de acción.
La absorción de cada medicamento dependerá de sus componentes y si son de liberación de tipo inmediata o prolongada, por lo sus tiempos pueden ir desde los 30 minutos hasta las 6 horas.
Es por esto que debe tomarse en cuenta el tipo de medicamento que se consume, ya que al combinarse con alcohol pueden provocar reacciones adversas o, incluso, inhibir las propiedades del mismo, por lo que la recuperación puede prolongarse o detenerse.
¿Qué medicamentos no se deben mezclar con alcohol?
- Antibióticos como Metronidazol (Flagyl), Tinidazol (Tindamax), Sulfametoxazol y Trimetoprima (Bactrim): Estos medicamentos pueden provocar sintomas secundarios como ruborización, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y aumentar la frecuencia cardiaca.
- Antibiótico linezolid (Zyvox): Este medicamento en particular actúa con bebidas alcohólicas con reacciones aún más fuertes, ya que acelera considerablemente la presión arterial y podría ser peligroso.
- Medicamentos para coágulos en la sangre: De manera especifica, la Warfarina es uno de los medicamentos que, al combinarse con alcohol de manera frecuente, pueden provocar hemorragias internas o hasta un paro cardíaco.
- Medicamentos para la artritis: En especifico los que contienen Celecoxib, Naproxeno y Diclofenaco, ya que pueden provocar úlceras y hasta daño hepático.
- Medicamentos antihipertensivos o antiparasitarios: Estos provocan un aumento en las reacciones secundarias, las cuales pueden llevar a las personas al hospital, por lo que se recomienda no beber alcohol hasta que pasen de 24 a 48 horas después de ingerirlos.
Es importante señalar que los antibióticos pueden provocar mareos, aumento del ritmo cardiaco, y cansancio, por lo que se recomienda no consumir alcohol para evitar que se presenten estos síntomas secundarios y el cuerpo pueda tener una recuperación exitosa.
En cualquier caso, se puede consultar con un médico de confianza si los medicamentos que se consumirán pueden o no ser mezclados con alcohol, así se tendrá mayor seguridad sobre los posibles síntomas secundarios que se podrían presentar.
Asimismo, no es recomendable beber alcohol de manera frecuente o en exceso cuando se está medicado, ya que aumenta el riesgo de presentar problemas en el organismo, como lo puede ser el sufrir un paro cardíaco.