Un 16% de mujeres en México sufren violencia económica, ¿qué es y cómo identificarla?

La violencia económica se manifiesta a través de una variedad de tácticas diseñadas para ejercer control y poder sobre una persona mediante la manipulación de sus recursos financieros

La violencia económica afecta a más de un millón de mujeres mexicanas (Jesús Avilés, Infobae)

La violencia de género en México es uno de los pendientes a resolver para mejorar la calidad de vida de las mujeres alrededor del mundo. Con el pasado 8 de marzo quedaron una vez más recalcadas cuáles son los tipos de violencias y desigualdades que viven día con día las mujeres. Si bien ya se ha mencionado la brecha salarial como un factor que afecta los ingresos de las mujeres, la otra parte del problema lo viven aquellas mujeres que no tienen un salario propio y que son dependientes económicas de otras personas, en la mayoría de los casos, de sus parejas sentimentales.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh), que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía cada cinco años, el 16% de las mujeres mexicanas sufren violencia económica en algún momento de sus vidas. Sin embargo, a menudo pasa desapercibida debido a su naturaleza sutil y sus efectos insidiosos.

Aunque usualmente sea de lo que menos se habla, la violencia económica repercute demasiado en la vida de las mujeres, pues muchas veces es a causa de esta que no pueden enfrentar los otros tipos de agresiones (como la física, psicológica o sexual). Por ello, es crucial comprender qué es y cómo identificarla para combatirla efectivamente.

¿Qué es la violencia económica?

De acuerdo con la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la violencia económica es cuando alguien no permite que una mujer use o tenga dinero de manera justa, lo cual limita el acceso de oportunidades, somete a estrés financiero y quita opciones de mejoras para la vida.

En México, un 16% de las mujeres sufre violencia económica (Imagen ilustrativa Infobae)

La violencia económica usualmente se reproduce en el ámbito familiar, siendo una forma de control en contra de las mujeres; se muestra a través de la agresión producida por la persona que ostenta el dominio económico, la manipulación para gestionar los gastos o la privación de recursos, lo que induce al aislamiento y la angustia por la satisfacción de las necesidades personales y/o familiares. En el ámbito laboral, sigue siendo un gran reto eliminar la brecha salarial entre mujeres y hombres.

Puede adoptar diversas formas, como el control restrictivo del dinero, la negación de acceso a los recursos financieros, la interferencia con el empleo o la educación, el endeudamiento forzado y la imposición de decisiones financieras unilaterales. Esta forma de violencia no solo socava la autonomía económica de las mujeres, sino que también las deja atrapadas en situaciones de dependencia y vulnerabilidad, lo que dificulta su capacidad para escapar de relaciones abusivas.

Hasta 2020, dos de cada 10 mujeres en México (19.1%) habían sido controladas o chantajeadas económicamente, despojadas o la habían sido coaccionadas o le incumplieron alguna responsabilidad económica; para 2011 la cifra reportada fue de 24.5% y 20.9% para 2016.

En muchas ocasiones, las mujeres no pueden salir de relaciones violentas debido a que tienen desigualdad de oportunidades reflejadas en un nulo o menor grado de estudios, en el no permiso para trabajar, en estar sujetas a las labores domésticas y de cuidados (Imagen ilustrativa Infobae)

¿Cómo identificar la violencia económica?

Identificar la violencia económica puede ser complicado, ya que no deja marcas físicas visibles y sus efectos pueden ser sutiles y gradualmente debilitantes. Sin embargo, hay signos reveladores que pueden indicar su presencia:

1. Control excesivo de los recursos financieros

Si una persona ejerce un control desproporcionado sobre el dinero en una relación, limitando el acceso de la otra persona a los fondos o imponiendo restricciones arbitrarias sobre cómo se gasta el dinero, puede ser un indicio de violencia económica.

2. Restricción de la independencia financiera

La violencia económica a menudo se manifiesta mediante la prohibición o limitación del empleo o la educación de la víctima, lo que reduce su capacidad para ganar dinero y volverse económicamente independiente.

3. Manipulación financiera

Esto puede incluir obligar a la víctima a asumir deudas en su nombre, obligarla a firmar documentos financieros sin su consentimiento o robar sus recursos financieros de manera encubierta.

En el mundo laboral, las mujeres tienen desventajas salariales frente a los hombres, aun cuando trabajen en el mismo puesto o similar (Imagen Ilustrativa Infobae)

4. Amenazas financieras

Las amenazas de dejar sin sustento a la víctima o a sus hijos, o de retirar el apoyo financiero si no se cumplen ciertas demandas, son tácticas comunes utilizadas en la violencia económica.

5. Aislamiento económico

Impedir que la víctima acceda a cuentas bancarias, tarjetas de crédito o cualquier forma de ingreso, contribuye a su aislamiento económico y su dependencia del perpetrador.

Cómo prevenir la violencia económica

Para abordar este problema, es fundamental aumentar la conciencia pública sobre la violencia económica y proporcionar recursos y apoyo adecuados a las víctimas. Esto incluye implementar políticas y programas que promuevan la educación financiera y la independencia económica de las mujeres, así como garantizar el acceso a servicios de apoyo y asesoramiento especializado.

A continuación una lista de puntos importantes que se pueden ejercer para prevenir este tipo de agresión:

Fortalecer las habilidades para tomar mejores decisiones, para generar nuevas oportunidades de empleo o para comenzar un emprendimiento.

• Reconocer y valorar el trabajo no remunerado que se realiza y que aporta al mantenimiento de la economía del hogar.

• Hacer un control sobre los ingresos y los gastos ayuda a mantener claridad de la información para la toma de decisiones.

• No permitir que alguien más tome decisiones sobre los recursos propios.

Que las mujeres puedan manejar su propio dinero les permite tener soltura e independencia económica, lo cual no las atará en un futuro a relaciones agresivas y violentas- (Imagen Ilustrativa Infobae)

• No acceder a pedir préstamos o créditos por alguien más, ya que la deuda será propia.

• Cuando se trata de cuestiones legales, siempre considerar que la persona que firma es la responsable o beneficiaria de la situación.

Además, es esencial que se reconozca la violencia económica como una forma legítima de abuso y se integre en las leyes y políticas destinadas a combatir la violencia de género. Esto implica una coordinación efectiva entre el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y otros actores relevantes para garantizar una respuesta integral y efectiva a este problema.

En última instancia, erradicar la violencia económica requiere un compromiso colectivo para desafiar las normas culturales y de género que perpetúan estas formas de abuso y trabajar hacia una sociedad más equitativa y justa para todas las personas.