El 18 de marzo de 1938 el presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó la expropiación petrolera con lo cual se nacionalizó la industria que hasta ese momento estaba en manos de compañías extranjeras, y marcó la creación de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), con el objetivo de explotar y administrar este recurso de forma soberana.
A 86 años de distancia, Pemex es considerada la empresa petrolera más endeudada del mundo con un monto superior a los 106 mil millones de dólares y una calificación crediticia que la tiene contra la pared, mientras tanto el gobierno federal le inyecta millones de pesos para mantenerla a flote.
Casi nueve décadas después de la nacionalización, la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador le ha inyectado recursos por casi 1.6 billones de pesos. No obstante, el político tabasqueño asegura que el petróleo todavía es considerado una “palanca del desarrollo nacional”.
“A partir de 1938, la industria petrolera le permitió al país alcanzar buenos niveles de crecimiento económico. Desde entonces hasta nuestros días, con altas y bajas, la explotación de esta importante materia prima ha permitido ingresos a la hacienda pública como ninguna otra actividad económica en la historia de México”, expresó el tabasqueño en la conmemoración del 86 aniversario de la expropiación.
En su último reporte, Pemex dio a conocer que aumentó su deuda durante los últimos meses y tuvo que reconocer que ha aumentado el costo de producción, pues por cada barril de petróleo, la estatal mexicana invierte 42 dólares.
Además, las seis refinerías en territorio nacional operan por debajo del 50% de su capacidad y según las cifras del reporte financiero, Pemex pierde casi 35 dólares por cada barril de gasolina procesado.
Además, la refinería Deer Park, ubicada en Texas, Estados Unidos, produce diariamente alrededor de 220 mil barriles de gasolina y diésel, una cifra muy superior a lo que genera el complejo de Tula, Hidalgo. Esto quiere decir que las instalaciones más productivas de Pemex se encuentran fuera de México.
Este 18 de marzo de 2024, López Obrador reconoció que la producción de crudo ha disminuido en los últimos años, y pasó de 3.4 millones de barriles diarios a sólo 1.7. Sostuvo que gracias a los esfuerzos de su administración se logró contener dicha caída.
“Hemos logrado, como aquí se ha dado a conocer, detener la caída en la producción de crudo que se produjo de manera ininterrumpida de 2004 a 2018, cuando se pasó de tres millones 400 mil barriles diarios a un millón 700 mil barriles diarios”, y afirmó que han recuperado parte de la producción perdida.
blockquote class="twitter-tweet" data-media-max-width="560">86 Aniversario de la Expropiación Petrolera, desde Ciudad de México https://t.co/RYocKVLSKr
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) March 18, 2024
En la ceremonia de este lunes, López Obrador expuso la necesidad de mantener la producción de petróleo y combustibles como la gasolina y el diésel pese a la irrupción de energías renovables, pues según sus argumentos, no se debe volver a caer en la dependencia extranjera.
“Debemos calcular bien los tiempos de esa transición energética para no volver a caer en México en la dependencia del extranjero por dejar anticipadamente de invertir en la extracción de petróleo y en la producción de gasolinas y combustibles”, afirmó López Obrador en las instalaciones de Petróleos Mexicanos.
El objetivo del gobierno de López obrador era alcanzar la autosuficiencia energética y para ello construyó la Refinería Olmeca de dos Bocas, en Paraíso Tabasco. Aunque el complejo fue inaugurado por el propio presidente en junio de 2022, dos años después el complejo sigue en fase de pruebas.
Y mientras los candidatos presidenciales Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez se pronuncian por cerrar las refinerías de Cadereyta, Ciudad Madero y Tula debido a los altos niveles de contaminantes que producen, el presidente López Obrador defiende mantener intacta la infraestructura de Pemex, pues sólo así se garantiza la soberanía nacional sobre los energéticos.
“Nada de cerrar o abandonar refinerías; al contrario, mejorar su productividad y contar con otras; de igual forma, terminar de construir las dos nuevas coquizadoras de Tula y de Salina Cruz para obtener más gasolinas y no producir combustóleo contaminante”, afirmó el titular del Ejecutivo federal este 18 de marzo, cuando se cumplen 86 años de la expropiación.