¿Qué pasaría si la CDMX se queda sin agua?

Los niveles de agua del Sistema Cutzamala operan muy por debajo de su capacidad y si esto no cambia en los próximos días el panorama es poco alentador

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La CDMX atraviesa una de
La CDMX atraviesa una de sus peores crisis hídricas de su historia (Anayeli Tapia/Infobae)

El llamado Día Cero, ese en que autoridades y expertos estiman que la Ciudad de México se quedará sin agua debido a que la presa que nos abastece, el Cutzamala, llegará a nivel critico, se acerca cada vez más y no hay indicios en el cielo de que vaya a ocurrir algo pronto que pueda cambiar el panorama.

Y es que, de acuerdo con cálculos de la propia Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), si las lluvias no comienzan pronto se estima que el fatídico Día Cero ocurra el próximo 26 de junio de 2024. Por si haz escuchado mucho este termino no sabes que implica, pues significa nada más y nada menos que el Sistema Cutzamala alcanzaría su volumen mínimo de operación, que es de 155 millones de metros cúbicos, lo cual implica que será imposible extraer ni siquiera un metro cúbico más del vital líquido.

Sin duda el panorama pinta desolador, y es por ello que se espera que las lluvias comiencen a caer en los próximos días y eviten llegar a esta situación; sin embargo, en caso de que la crisis continúe, existen algunas medidas que el gobierno podría llegar a implementar para trata de mitigar el impacto.

En la actualidad la presa
En la actualidad la presa opera a menos de un 40% de su capacidad y esta continua disminuyendo cada día REUTERS/Raquel Cunha

En este sentido, en caso de que la CDMX llegué a esta situación crítica que se proyecta, se sabe que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) cuenta con un protocolo de emergencia que se activaría en caso de ser necesario, le cual consiste en implementar las siguientes acciones:

-Los cortes de agua serían cada vez más comunes e incluso el gobierno tendría que establecer un sistema de raciones que serían administradas por él y entregadas por familia.

-Se llevaría a cabo la rehabilitación de la calidad del agua en cauces, vasos y acuíferos, así como ecosistemas presentes en la cuenca, mediante la creación de infraestructura para el tratamiento de aguas y saneamiento.

-Se buscaría la ampliación de la red de distribución, a través de la perforación de pozos superficiales así como profundos.

-Ampliar las redes de distribución en áreas urbanas y rurales, lo cual incluye el sistema de alcantarillado.

-Los poseedores de concesiones de agua estarían obligados a adoptar estrategias para mitigar la sequía, que implican las siguientes acciones cuando sea necesario: informar a las autoridades sobre la posibilidad de compartir el recurso hídrico con terceros durante la crisis, entregar temporalmente sus derechos sobre el agua a las autoridades y solicitar la suspensión del término de las concesiones no utilizadas.

-En ámbitos como la industria y la agricultura, se tendría que permitir que ciertas cantidades de agua sean compartidas o transferidas temporalmente durante la emergencia.

-Se contemplaría la posibilidad de recurrir a fuentes alternativas de agua, incluyendo presas y cuencas como las de Temascaltepec, Mezquital y Tecolutla. Además, los consumidores domésticos necesitarán adoptar prácticas de conservación del agua, las cuales serán detalladas por las autoridades en situaciones de emergencia.

La crisis del agua es
La crisis del agua es algo que comienza a vivirse en diferentes partes del mundo EFE/Mohamed Siali

Datos sobre el agua

Estos son algunos datos importantes sobre el consumo del agua en el país, de acuerdo con información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

-La industria utiliza más de 14 por ciento del consumo de agua, mientras que la agricultura emplea 70 por ciento.

-Al menos 35 por ciento del agua de Ciudad de México se pierde en fugas a lo largo de la infraestructura de distribución.

-El consumo personal de agua para beber, lavarse los dientes, bañarse y utilizar el inodoro apenas representa un 8% del uso anual.

El costo del agua no debería ser igual para quienes hacen uso personal, que, por ejemplo, la industria que lucra con ella. Un pago diferenciado en el uso de este recurso podría ayudar al mantenimiento de la infraestructura para consumo humano.

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