¿Por qué es malo comer carne de tortuga?

Poner en riesgo de extinción a una especie animal debería ser argumento suficiente para evitar su consumo. Sin embargo, en el caso de la tortuga marina, se suma el daño potencial a la salud que puede generar la carne de varias de sus especies.

Asociaciones que velan por ellas, como el Centro de Rescate, Rehabilitación e Investigación de Fauna Silvestre A.C, han documentado los resultados de diversos estudios internacionales que alertan sobre afectaciones potenciales a la salud humana debido a la acumulación de contaminantes que estas criaturas marinas absorben en su hábitat natural.

Se ha descubierto que la carne, tejido adiposo, órganos, sangre y huevos de las tortugas marinas están contaminados con una serie de sustancias peligrosas, incluyendo mercurio, arsénico, plomo, organofosforados y organoclorados.

Estos contaminantes pueden causar una serie de enfermedades graves, e incluso la muerte, en aquellos que consumen estas especies marinas, creyendo erróneamente que son ricas en nutrientes o que le atribuyen beneficios afrodisíacos o esotéricos.

Fauna Silvestre A.C. busca concientizar al mayor número de personas mediante datos duros, como el resultado de un estudio elaborado por EcoHealth, una organización científica líder mundial sin fines de lucro, que llegó a la conclusión de que el consumo de tortugas marinas infectadas puede provocar síntomas como diarrea, vómitos y deshidratación extrema debido a los efectos tóxicos de los contaminantes presentes en su organismo.

Además, existe el riesgo de desarrollar enfermedades renales, cáncer de hígado y efectos adversos en el desarrollo fetal y en niños debido a la ingesta de estos contaminantes.

El Centro de Rescate, Rehabilitación e Investigación de Fauna Silvestre A.C ha emitido advertencias sobre los riesgos para la salud. Se ha encontrado que estos animales albergan bacterias, parásitos, biotoxinas y metales pesados nocivos en sus tejidos, lo que representa una amenaza seria para quienes los consumen.

La conclusión de dichos estudios tiene consonancia con un artículo publicado en 2018 por la revista de divulgación científica Muy Interesante, en el cual cita los resultados de investigaciones elaboradas entre organizaciones de México y Estados Unidos, donde se detectó la presencia de salmonella, E. coli, mycbacterium, clamidia y aeromonas en diversas especies de tortuga marina.

En México, donde anidan siete de las ocho especies de tortugas marinas, existe una creencia errónea de que estos animales poseen propiedades medicinales. Esto ha llevado a la captura ilegal de tortugas marinas para su uso en remedios caseros, a pesar de que no hay evidencia científica que respalde estas creencias.

La situación es especialmente preocupante en la región de Guaymas, donde predominan especies como la tortuga golfina y la prieta. A pesar de los esfuerzos por concienciar sobre los peligros del consumo de tortugas marinas, la práctica persiste debido a la falta de educación sobre los riesgos para la salud y a las creencias arraigadas en la cultura local.

Al margen de la divulgación de esta nueva información, es fundamental que se intensifiquen los esfuerzos de conservación y educación para proteger a estas especies marinas en peligro de extinción y para prevenir los riesgos asociados con su consumo.

Especies en riesgo en México:

• Caguama
• Carey del Pacífico
• Verde
• Golfina
• Lora o Kempi
• Prieta
• Laúd