Fue en 1992 cuando trabajadores de la construcción de un edificio cercano a la Plaza de las Tres Culturas encontraron tres ancestrales dinteles de madera (piezas que comúnmente coronan puertas y ventanas) que pertenecieron a la época prehispánica. Hoy, el descubrimiento volverá a su hogar tras un minucioso proceso de restauración y luego de haberse exhibido en algunos museos.
Las piezas tienen entre 500 y 800 años de antigüedad y representan la grandeza de los antiguos templos que se levantaban en Tlatelolco, recintos que muy seguramente causaron impresión en Hernán Cortés y los españoles que llegaron al centro de México para iniciar la conquista. Por debajo de aquellas piezas de madera tallada pasaban sacerdotes prehispánicos y entraban en el Templo Mayor de Tlatelolco, con el fin de llevar a cabo las importantes ceremonias que eran piedra angular de las creencias de los antiguos mexicanos.
Cómo son los dinteles prehispánicos y dónde se podrán ver
Estas piezas de madera van a poder admirarse en el Centro de Apreciación de la Zona Arqueológica de Tlatelolco gracias al arduo trabajo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la colaboración con la Secretaría de Cultura.
El descubrimiento en 1992 de los famosos dinteles no vino solo, pues también se encontraron 98 entierros, 16 estructuras prehispánicas (entre ellas un temazcal) y 1,200 piezas más. Demostrándose así la cantidad de tesoros prehispánicos que aún duermen debajo de la tierra en la espera de ser descubiertos y mostrados al mundo.
Se sabe que estos dinteles coronaban tres accesos a las capillas del Templo Mayor porque la intervención de las piezas se encontraron evidencias de pintura e incrustaciones. Del mismo modo, los expertos se dieron cuenta de que las piezas no tenían relieves en los dorsos y los cantos.
Los tres dinteles son de pino y están decorados con motivos que evocan a una procesión de guerreros que flanquean el disco solar. De igual forma, las piezas de madera ilustran el símbolo del movimiento, conocido como Ollin.