¿La CDMX podría sufrir un gran sismo proveniente de la brecha de Guerrero?, esto dicen los expertos

México es un país considerado como sísmico y ha sido escenario de varios terremotos a lo largo de su historia

La llamada brecha de Guerrero abarca de Acapulco a Petatlán en la Costa Grande de Guerrero. (Jovani/Infobae México)

México es un país considerado como de alta actividad sísmica debido a la interacción de cinco placas tectónicas en su territorio: Caribe, Pacífico, Norteamérica, Rivera y Cocos.

Dicha situación geológica convierte a nuestro país en una zona susceptible a sufrir movimientos telúricos y si bien la mayoría de ellos se trata de sismos menores, en ocasiones estos han llegado a ser de gran intensidad han provocado graves daños, como es el caso del terremoto del 85 y del 17.

Tan solo en 2023 México fue catalogado como el segundo país con mayor actividad sísmica del mundo, solo por debajo de Chile, de acuerdo con información de Earthquakelist.

Dicha información ha comenzado a cobrar relevancia de nuevo, sobre todo en la Ciudad de México, debido a los recientes microsismo que han sacudido la capital y cuyo origen ha sido identificado en la recién descubierta Falla Plateros-Mixcoac.

Esta fractura atraviesa las alcaldías Benito Juárez y Álvaro Obregón. Foto: Instituto de Ingeniería UNAM

El descubrir su existencia ha desperado alerta entre la población, sobre todo en habitantes de la zona pero, también, ha reabierto la preocupación con respecto a otras brechas de riesgo que existen en el país, específicamente la que se encuentra ubicada en el estado de Guerrero.

La llamada Brecha de Guerrero, ubicada en el Pacífico, ha sido objeto de investigación por especialistas y académicos desde hace varios años, debido a que ahí tuvieron origen dos grandes movimientos telúricos pero que, desde el último, no ha presentado actividad importante.

Sin embargo, el hecho de que hayan pasado 112 años desde este ultimo terremoto, con magnitud de 7.8 ocurrido en 1911, es lo que hace que los especialistas busquen realizar monitoreos constantes. La preocupación radica en la posibilidad de que, desde esta brecha, se origine un gran sismo que podría afectar diversos puntos de la República Mexicana.

Esta brecha no ha tenido actividad sismica importante desde hace más de un siglo (Cuatoscuro/ Bárbaro Castrejón/UNAM)

Y es que actualmente la brecha de Guerrero es señalada como una zona de silencio sísmico, es decir, un área donde ha habido una notable ausencia de actividad sísmica significativa durante un periodo prolongado. De acuerdo con la teoría geológica, lo anterior genera una acumulación de tensión entre las placas tectónicas que eventualmente podría liberarse en forma de un sismo de gran magnitud.

Por esta razón, los investigadores estudian la zona con el fin de comprender mejor los procesos tectónicos que ocurren allí y mejorar las estrategias de prevención y mitigación de riesgos frente a la eventualidad de un sismo de grandes proporciones.

¿La brecha de Guerrero podría generar un sismo de gran magnitud?

Sobre el temor de los capitalinos, y de habitantes de otras poblaciones cercanas, de que de ahí surga un sismo de gran magnitud,  Luca Ferrari, investigador del Centro de Geociencias (CGeo) y Allen Husker, académico de geofísica de la Universidad de California, publicaron un estudio reciente donde explican que brecha de Guerrero no necesariamente tiene que ser generador de un gran sismo.

En la investigación, presentada en la revista Geology, los especialistas señalan características específicas de la capa de gabro, una roca ígnea procedente de la solidificación de magma, situada en la base de la placa Norteamericana. En su investigación encontraron que la roca posee una baja permeabilidad, lo que limita significativamente el flujo de agua a través de ella.

En este sentido, durante el proceso en el que la placa de Cocos se sumerge bajo la placa Norteamericana, ocurre la liberación de fluidos y debido a la poca permeabilidad de la capa de gabro, estos fluidos quedan atrapados. Es así que, de este fenómeno resulta en una reducción de la fricción entre las placas, impidiendo así la acumulación usual de energía que caracteriza a los movimientos sísmicos tradicionales.

Como consecuencia directa de este proceso, según explican los expertos Ferrari y Husker, se movimientos denominados como sismos lentos, eventos que tienen la particularidad de desarrollarse en un lapso que oscila entre uno y seis meses, resultando en una actividad sísmica de movimientos tan graduales que resultan casi imperceptibles a nivel superficial, por lo que, en realidad, según el estudio, no existiría la acumulación de energía que se teme.

Los sismos son movimientos telúricos que hasta ahora no se pueden predecir EFE/ Ammar

Esta dinámica altera el entendimiento convencional de cómo se liberan la energía y las tensiones tectónicas, ofreciendo una perspectiva distinta en el estudio de los sismos y su impacto geológico. Sin embargo, cabe mencionar que dicho estudio analizó únicamente la brecha de Guerrero y no descarta la posibilidad de que se generen otros sismos en otras zonas del estado diferentes a las que abarcan la brecha.

A pesar de esto, como siempre ha señalado los especialistas, los sismos son imposibles de predecir por lo que es importante crear una cultura de prevención y estar preparados para cualquier eventualidad.