Las tres publicaciones simultáneas en las que se habló de una investigación de la Administración para el Control de Drogas (DEA) respecto a un supuesto financiamiento del Cártel de Sinaloa a la campaña presidencial del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2006 es sólo la punta del iceberg en la relación tensa entre el Jefe del Ejecutivo mexicano y la agencia estadounidense.
Según las publicaciones de ProPublica, Insigth Crime y Deutsche Welle, fuentes de la DEA afirmaron que colaboradores cercanos de AMLO recibieron dos millones de dólares de parte del narco, señalamientos que el Presidente mexicano rechazó y pidió a la Casa Blanca presentar las pruebas o “disculparse”.
“No son reporteros (en alusión a Tim Golden), en sentido estricto son informantes, son agentes (de la DEA); es una acción concertada (de ProPublica)”: AMLO.
Ahora que el New York Times publicó otro supuesto financiamiento a AMLO en 2018 por parte del Cártel de Sinaloa, el mandatario volvió a arremeter contra los periodistas y el medio, además de exigir que se esclarezca si están o no investigando su administración, lo que -dijo- sería una intromisión a un gobierno libre y soberano.
Filtración de la DEA al Cártel de Sinaloa
En abril de 2023 el tono de la discusión entre AMLO y la DEA se elevó cuando se dio a conocer que la agencia se infiltró en el Cártel de Sinaloa sin avisar al Gobierno de México, lo que el Presidente calificó como “una intromisión abusiva y prepotente”.
“Cooperación sí, sometimiento no”, lanzó el mandatario nacional al recalcar que su intención es velar porque no haya muertes en México por el consumo de fentanilo y frenar el tráfico de drogas “y, en segundo plano, cooperar con el Gobierno de Estados Unidos”.
Cienfuegos y expulsión de la DEA
Quizá el punto de quiebre entre AMLO y la DEA ocurrió a finales de 2020 cuando el exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, fue arrestado en el Aeropuerto de Los Ángeles por su presunta colusión con un cártel de la droga que lo apodaba “El Padrino”.
Tras el arresto, el Gobierno de México amenazó con expulsar del país a los agentes de la DEA que realizaban labores de investigación; en respuesta, el exgeneral fue extraditado a México y el Departamento de Justicia de EEUU solicitó el sobreseimiento de los cargos.
La DEA y Caro Quintero
Entre abril y julio de 2022 ocurrieron dos nuevos episodios de la relación DEA-AMLO: el primero de ellos tuvo que ver con el anuncio oficial del Gobierno de México para disolución del grupo antidrogas de la DEA en México, presuntamente por estar infiltrada por agentes corruptos.
El Presidente de México agregó en ese momento que de acuerdo a la nueva legislación, en el país sólo podían permanecer los agentes que cumplieran con lo establecido en el marco de la ley; aunque agregó que la agencia tomó decisiones sin avisar y “fabricó delitos”, en alusión al general Salvador Cienfuegos.
Meses más tarde, durante la visita de Kamala Harris a México trascendió que la funcionaria estadounidense presionó a AMLO para que se concretara la detención de Rafael Caro Quintero, el fundador del Cártel de Guadalajara señalado como uno de los autores intelectuales del asesinato del agente Enrique “kiki” Camarena.
AMLO negó dichas aseveraciones aunque días más tarde el capo fue detenido en un operativo de la Secretaría de Marina -con supuesta información de la DEA- en la sierra de Culiacán, Sinaloa; pese a la insistencia de la prensa por la presunta participación de la agencia, el mandatario se sostuvo en que fue una investigación única de las autoridades mexicanas.