Pasar tiempo al aire libre es una actividad que a muchos gusta, pero hacerlo, representa un peligro para la piel debido a los daños que pueden generar los rayos ultravioleta (UV).
Actualmente el índice UV forma parte de los pronósticos meteorológicos de muchos países, incluido México; pasar mucho tiempo a la intemperie sin protegerse incrementa un alto riesgo.
¿Rayos UV?
Son un tipo de radiación invisible proveniente del sol que pueden causar daño a las células de la piel. En los tiempos recientes, en los cuales el cambio climático y los cambios en el ozono estratosférico han causado daños, es importante protegerse de ellos todo el año, no solo durante la primavera o el verano, ya que estos pueden afectar en días nublados y frescos, y se reflejan desde superficies como el agua, el cemento, la arena y la nieve.
Radiación
La radiación ultravioleta no puede verse ni sentirse y sus niveles de radiación depende de varios factores:
- Elevación del sol. Cuanto mayor sea su altura en el cielo, mayor es la radiación ultravioleta, mismos que varían en función de la hora del día y la época del año.
- Latitud. Cuanto más próximo se está del ecuador, mayores son los niveles de radiación.
- Altitud. La radiación UV aumenta con la altitud, ya que el aire es menos denso y la absorbe menos.
- Nubosidad. Los niveles de radiación son más altos bajo los cielos despejados, pero pueden ser elevados incluso con nubes.
- Ozono. Absorbe parte de la radiación ultravioleta del sol, donde hay menos ozono, esta radiación llega en mayor cantidad a la superficie de la Tierra.
- Reflexión. Las superficies reflectantes, como el agua, la arena y la nieve fresca aumentan el nivel de radiación UV.
- Cambio climático. Se prevé que afectará los niveles de radiación ultravioleta en la superficie de la Tierra, por ejemplo, variando la cantidad de ozono y la nubosidad.
En 2020 se diagnosticaron en el mundo más de 1.5 millones de casos de cáncer de piel, y más de 120 mil defunciones asociadas a esta causa.
Peligrosidad
- Efectos agudos.
La radiación ultravioleta genera los siguientes daños:
- Daños en el ADN.
- Quemaduras solares.
- Reacciones fototóxicas y fotoalérgicas.
- Inmunodepresión (debilitamiento del sistema inmunitario) que puede considerarse un factor de riesgo de cáncer.
- Daños oculares como fotoqueratitis y fotoconjuntivitis (inflamación de la córnea y de la conjuntiva).
- Efectos crónicos
La exposición excesiva de estos rayos en la piel y los labios pueden ser:
- Melanoma cutáneo. Tumor maligno y potencialmente mortal.
- Carcinoma epidermoide (de células escamosas). Tumor maligno que, por lo general, se propaga menos y es menos letal que el melanoma.
- Carcinoma basocelular. Un cáncer de piel de crecimiento lento que aparece sobre todo en las personas mayores.
- Envejecimiento prematuro de la piel. Pérdida de elasticidad de la piel a una edad temprana, con disminución de la cicatrización de las heridas.
- Cataratas. El cristalino de los ojos se vuelve cada vez más opaco, lo que provoca una alteración de la visión, y finalmente, ceguera.
- Pterigión. Crecimiento de una carnosidad que puede cubrir parte de la córnea.
- Cáncer del ojo. Carcinoma basocelular, carcinoma epidermoide o melanoma.
Prevención
- Limitar el tiempo de exposición al sol.
- Buscar la sombra.
- Usar ropa protectora de rayos UV.
- Usar sombrero de ala ancha para protegerse ojos, cara, orejas y cuello.
- Utilizar gafas de sol que garanticen una protección del 99% al 100% contra los rayos ultravioleta A y B.
- Aplicarse protector solar de amplio espectro en las zonas que no puedan cubrir la ropa.
- No usar aparatos de bronceado artificial.