A tres años de la masacre de Camargo, Tamaulipas, en la que 19 personas fueron asesinadas y calcinadas, elementos de Protección Fronteriza de Estados Unidos arrestaron a un expolicía mexicano presuntamente involucrado.
Según la información compartida por Fox News, el exagente aún no identificado era miembro del Grupo de Operaciones Especiales (GOPES) y trató de refugiarse en EEUU para evadir a la justicia.
Personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) lo ubicó viviendo de manera ilegal en Kyle, Texas, por lo que las autoridades iniciaron los trámites migratorios pertinentes.
Acorde con declaraciones de la jefa de la patrulla fronteriza en el sector de Río Grande, Gloria Chávez, la localización del expolicía ocurrió gracias a un trabajo conjunto entre autoridades migratorias, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y el Gobierno de México.
Después de ser detenido, el exmiembro del GOPES fue entregado a oficiales mexicanos en el Puente Internacional McAllen-Hidalgo-Reynosa. Los reportes preliminares, pendientes de confirmación oficial, señalan que se trataría del exagente Alan Álvarez, cuya participación en los hechos no ha sido esclarecida.
Álvarez forma parte de la lista de 12 elementos policiales que, según testimonios del testigo colaborador Ismael Vázquez, estuvo presente el día de los hechos en el lugar del crimen.
A finales de 2023, Vázquez recibió una sentencia reducida de 19 años de cárcel con la Fiscalía de Tamaulipas, mientras que 11 de sus compañeros fueron condenados a 50 años por homicidio calificado, abuso de autoridad y delitos cometidos en el desempeño de funciones administrativas.
Las declaraciones de Vázquez refieren que en total habrían participado 24 agentes (incluidos él, Álvarez y los 11 sentenciados) en la matanza de 17 migrantes y dos traficantes (‘coyotes’) perpetrada el 22 de enero de 2021.
Aquel día, el convoy de uniformados —conformado por dos camionetas y cuatro tanquetas del GOPES— interceptó los vehículos en los que viajaban los migrantes y sus guías. Sin que se conozca el móvil, los policías dispararon y, cuando las víctimas estaban aún con vida, las subieron a una Chevrolet Silverado blanca, las remataron y calcinaron sus cuerpos.
En las declaraciones presentadas por la Fiscalía como prueba —citadas por El País— se señala al comandante Horacio Rocha Nambo, entonces líder del GOPES, como el responsable de ordenar la ejecución de las víctimas y de prenderle fuego a la camioneta.